El ballotage en Colombia, muchos interrogantes y una respuesta

De cara a las elecciones del domingo, donde se enfrentan Hernández y Petro, Colombia está plagada de interrogantes, pero entre todos ellos una cosa quedó estable. Además, habrá ballotage legislativo en Francia y autonómicas en Andalucía (España). Una perla sobre las locales en Italia y el referéndum impulsado por su derecha extrema.

Hola, ¿cómo estás?

Esta será una de esas pocas veces que dedicaré dos entregas de #LaGenteVota seguidas al mismo país. Creo que es por cercanía. También puede ser porque tengo amigos queridos allá. Otro poco tiene que ver con la relevancia. Me suena a que bastante simbolismo tiene esta elección. Y bueno, además es porque desde el Politburó me dijeron que este era EL TEMA. No me animo a cuestionarlos. Aún.

Si, de nuevo Colombia. Esta vez, con más interrogantes que la última vez pero con una estabilidad. Una sola.

Un montón de preguntas

Una vez que bajó la espuma del lunes empezaron a aparecer los análisis sensatos. Los politólogos somos buenos para eso. Somos pacientes, cuando usamos datos. De todos los detectados, me quedé con este de Sandra Botero, profesora de Ciencia Política en la Universidad del Rosario (Bogotá) consultada en la última entrega. Sandra plantea que la sorpresa de Rodolfo Hernández, al colarse en el ballotage del próximo domingo, modificó radicalmente el escenario de campaña, en general, y de Gustavo Petro, en particular. Básicamente porque con la entrada del “Trump colombiano” del interior profundo, el líder de la envalentonada izquierda cafetera perdió el monopolio del discurso del cambio. Petro, frente a Federico “Fico” Gutiérrez, podía plantear de manera clara, concisa y concreta que él era el cambio. Frente a Hernández, ¿qué puede plantear? Quedaron los dos nuevos, los dos distintos, los dos padres e hijos de la disrupción. Con distintos modales, pero los dos son la novedad de la política colombiana.

Y Colombia no está acostumbrada a esto. Lo charlé con vos hace dos semanas. Entre lo nuevo que no termina de nacer y lo viejo que no termina de morir, llegaron a la segunda vuelta dos expresiones de un descontento generalizado que se viene dando en Colombia hace tiempo. Petro, el representante de los descuidados a la izquierda por el sistema. Él es el progresismo, la equidad de clases, el ambientalismo, los derechos de las mujeres, la redistribución, el quiebre del modelo capitalista financiero. Hernández, el representante de los descuidados por todos. Él es el combate a la corrupción, el asalto al sistema, el anticasta política, el que resuelve los problemas que nadie te resuelve, el que cambiará los resortes del poder por unos más parecidos a los querés. Si los dos son el cambio, ¿quién es el cambio? Todo es el cambio. Esto lo dejó bien claro el politólogo Juan Albarracín: todavía tenemos que ver los resultados del ballotage, pero sin dudas la primera vuelta presidencial alteró la dinámica política colombiana reciente. Que coincide con la gran duda que abrió Juan Pablo Milanese, politólogo argentino, profesor e investigador (ICESI) y también consultado en la entrega anterior: todavía no sabemos qué va a nacer de esto. 

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Esta falta absoluta de previsión sobre lo que puede pasar el domingo tiene un sustento. El gráfico a continuación muestra la evolución de las encuestas para el ballotage. Es una animación que generaron en La Silla Vacía y que contiene encuestas ponderadas. Como ves, Hernández tuvo una subida nivel dólar en recesión, pero ahora aparece todo más parejo.

Fuente: La Silla Vacía.

No es la única fuente que muestra al “viejito de Tik Tok” palo a palo con el profesor progresista. En el que armaron en la entrada de Wikipedia sobre las elecciones podés ver cómo el enigma Hernández tomó por sorpresa a todos, cuando unas semanas antes de la primera vuelta apareció como el único capaz de ganarle a Petro. Después, como te dije, se estabilizó todo. Luciana Manfredi, politóloga argentina en la Universidad ICESI e integrante de Red de Politólogas, precisa desde Cali que justamente la sorpresa con incomodidad que fue Hernández para Petro se expresó en el empate técnico de casi todas las encuestas.


Gráfico, Histograma

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Fuente: Wikipedia.

Lo que se ve, entonces, es que Colombia está en modo para el infarto en tiempo suplementario. Como es difícil prever quién puede ganar, me parece más sensato pensar quiénes los votaron en la primera vuelta y analizar desde ese lugar cómo construyeron sus discursos, su campaña y su estrategia en estas 3 semanas. Hay tres análisis que me sirvieron de disparadores para entender el escenario. Uno lo escribieron Sebastián Londoño, Silvia Otero Bahamón y Andrés Miguel SampayoEste y este los ya mencionados Milanese y Albarracín. 

Un primer punto que me parece central en este proceso es que, independientemente de que los actores sean nuevos, el clivaje centro-periferia se mantiene en Colombia. Gustavo Petro mantuvo su buena proporción de votos en las dos costas, mientras que Hernández capturó el voto en el centro del país. Silvia Otero Bahmón me amplía desde allá que “regionalmente el voto está segregado. Pacífico y Caribe tienen dominio petrista, sobre todo la parte más cercana al mar de los distintos departamentos. Mientras que Cundinamarca, Boyacá y Santander tiene dominio de Rodolfo Hernández”. Lo que sí ayudó a la consolidación del Pacto Histórico en esta oportunidad fue la extensión de la mancha petrista levemente hacia el centro y sur del país. Pero por fuera de ese pequeño cambio, es una de las pocas cosas que sigue estable en la política colombiana.

Mapa

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Fuente: Londoño, Otero Bahamón y Sampayo.

Petro consolidó su apoyo en sectores urbanos, en aquellas regiones que lo votaron en 2018, y en municipios rurales con altos niveles de pobreza y de necesidades básicas insatisfechas. Una coalición electoral policlasista, tradicional de la izquierda latinoamericana. Hernández, en cambio, tuvo mayores apoyos en los municipios rurales antes que en las ciudades, en aquellas regiones donde ganó el “No” en el plebiscito del 2016 sobre los acuerdos de paz y en localidades rurales con un nivel medio de necesidades básicas insatisfechas. Acá tenemos una coalición electoral de apoyo más ecléctica y poco usual en América Latina. Salvo, cuando las papas queman y el mundo arde. 

Un segundo punto se desprende del anterior y es, al mismo tiempo, un gran interrogante. La consolidación de Hernández en el centro del país permite considerar que el votante de derecha tradicional y uribista ahora se inclinó por la novedad. Esto lo muestran claramente Juan Pablo Milanese y Juan Albarracín en su nota. Una parte importante de los votantes de Iván Duque en 2018 se volcaron por la nueva alternativa, muy probablemente a partir del desgaste y atascamiento del actual gobierno. En este análisis LISA que realizaron (similar al de esta entrega de #LaGenteVota del año pasado) se ve muy claro. Los colores rojos en el gráfico de Hernández muestran que hay similitud en las proporciones de voto del uribismo en 2018 y del candidato de la Liga de Gobernantes Anticorrupción en 2022. La geoestadística lo corrobora, vos creeme. La pregunta, entonces, es: si los votantes de derecha ya se inclinaron por él, ¿cuánto más puede rascar de esa olla?

La Segunda vuelta en campañas

Fuente: Milanese y Albarracín.

Para responderla, las dos notas que te mencioné esbozan algunas ideas sobre los lugares donde cada uno puede ir a pescar. A Hernández no le fue tan bien en Antioquía, Bogotá y Cali, localidades con una concentración de votantes importante. Eso básicamente por la presencia de “Fico” Gutiérrez, candidato de la derecha y del uribismo, quien tuvo un buen desempeño en estas urbes. Fue, justamente, donde se enfocó para esta segunda vuelta. Laura Wills Otero, profesora del Departamento de Ciencia Política (Uniandes, Bogotá) me dice desde allá que concentró su campaña en Antioquía, en la región centro-oriental (Santander y aledaños) y en Boyacá (tradicional bastión conservador). Un mensaje de derecha combinado con un poco de antipetrismo y agregando algo de motivación para votarlo podrían ser la llave para arrebatarle a Petro la Casa de Nariño. A éste, en cambio, le conviene que esos votantes lo vean torcido al nuevo señor, que se queden en sus casas y que no salgan con miedo a la izquierda. Le resultará más difícil mover esas regiones en su favor. Sin embargo, sí tiene aún para crecer un poco en las dos costas, movilizando votantes que se quedaron en sus casas en la primera vuelta. Laura coincide con esto y amplía que “Petro puede crecer un poco más en Bogotá, aunque no mucho”. Para Silvia Otero, “el gran campo de batalla es Bogotá, con entre 3 y 4 millones de votos, y una abstención mediana. Ambos pueden crecer porque es donde Sergio Fajardo sacó muchos votos. Esos votos entran en competencia”.

De modo que ambos tienen fortaleza en sus respectivas zonas de influencia, pero aún no convencieron a todos ni a todas. ¿Cuántos votantes del uribismo e incluso centristas de Fajardo los elegirán por primera vez? Laura también duda. “Los de derecha quizás sí [voten a Hernández]. Los de centro, creo que se dividen”, me dice. Silvia coincide con la división del voto centrista, pero va más al hueso y aclara que, a pesar del dominio de cada uno en sus zonas de influencia “hay muchos lugares en disputa. Las ciudades principales de la región Andina Occidental y Central, Tolima, Huila, todo el eje cafetero y toda la franja que es el encuentro entre la región Andina y la zona de Caribe son zonas en disputa. Ambos pueden crecer porque son zonas competitivas. Al igual que los lugares donde ganó ‘Fico’ Gutiérrez, aunque pueden inclinarse más por Hernández como decir Antioquia”. 

En un escenario tan peleado, cada voto cuenta. Petro juntó 8,5 millones de votos y Hernández casi 6. Con 10 sos presidente en Colombia, si el otro no saca más. Pero hay otro interrogante más: ¿cuánto de esos votantes que lograron en primera vuelta van a volver a confiar en ellos? “No estoy segura de que todos los que votaron en la primera, lo hagan en segunda. Es posible que haya abstencionistas o votantes en blanco que no se decidan por ninguno de los dos”, aclara Laura. En este escenario, la respuesta es una total y absoluta lotería. Un bolillero sin bolas calientes ni frías. Un sorteo mundialista.

La campaña de cada candidato, de hecho, tuvo mucho que ver con este imprevisible escenario del todo por el todo. Me cuenta Luciana Manfredi que el proceso electoral largo “fue muy poco de propuestas y más enfocado en ataques al contrincante. Pero en esta segunda parte vimos más esto porque Hernández no asistió a los debates dado que no tiene las competencias para hacerlo y Petro arrasa ahí. Al no haberlos, este segundo tiempo se ha caracterizado por ataques directos. Cambió el relato”. Petro atacando a Hernández, viceversa y así.  Tomaron todo lo malo que hace el otro y le dieron mecha en redes sociales. “No ha habido debate”, aguijonea Luciana. “La campaña fue súper violenta. Se volvió personal, familiar. Y los medios fueron parte de eso. Jugaron un rol de militantes”. Me marca un punto no menor. “Creo que Petro se ha moderado desde 2018 hasta ahora, pero para esta segunda vuelta ha estado con una posición más agresiva. En el caso de Hernández nunca ha tenido discurso, solo una construcción de discurso irrelevante. En los últimos días la novedad ha sido que presentó ideas de propuestas y se ha dedicado un poco a defenderse de los ataques de su rival”, cierra.

Con tanto fuego cruzado, aparece un anteúltimo interrogante: la participación electoral en un país con voto optativo. Laura Wills Otero me cuenta que “si aumenta la participación electoral, los candidatos se pueden beneficiar dependiendo de quienes salgan: si salen más jóvenes, Petro se puede favorecer. Si salen los mayores, Hernández puede beneficiarse”. Por este lado viene la clave de esta encerrona: “la población que es más abstencionista es la más joven, así que si en esta ocasión participan, eso puede sumarle a Petro más que a Hernández”, remata. Silvia amplía aclarando que “la gran apuesta de Petro es subir la participación de las zonas que votan por él. Es decir, que el Pacífico se acerque a los niveles de participación de la zona Andina. Y que el Caribe vote de la misma forma que ha votado en otras oportunidades, unos 5 o 7 puntos por encima de participación. Si no logra eso, va a tener dificultades”. Será, sin dudas, uno de los temas de la jornada. Y te agrego un dato que abona al porqué. En esta encuesta que me acercaron, de todos los consultados, un 62,5% indicó que definitivamente votará en el ballotage presidencial. Cuando hicieron la misma pregunta en mayo el 51% indicó lo mismo. Es un salto de más de 10 puntos. El tema es quiénes. La misma encuesta precisa que el 53% del rango entre 18 y 24 años seguro saldrá a votar, frente al 62% (25-34 años), 64% (35-44) y 65% (45-54 y 55 o más). Pero, atenti: el 18% de los más jóvenes indica que “probablemente sí votará”. Es el rango más alto de todo el desglose etario. Centennials. 

Ahora sí, la última gran pregunta. Si los dos son representantes de los desplazados y uno de ellos va a perder, ¿cómo van a reaccionar los otros? Sobre todo si el resultado es ajustado. Laura Wills Otero se preocupa por este punto, lo percibo. “Si el margen de victoria es muy estrecho, yo creo (esperemos que no pase) que pueda haber denuncia de fraude electoral por parte del perdedor”. Agrega, además, “que puede haber situaciones relacionadas con el orden público”. Luciana Manfredi resalta un hecho de estos días recientes. “En una entrevista que le hicieron a la hija [de Petro] dijo que si no ganaba el papá iba a haber un estallido social porque la gente quiere cambio. Malinterpretado se tomó como una amenaza, y ahí está dando vueltas”, me cuenta.

El peor de los temores.

Elecciones pintorescas

  • El domingo que viene será de rechupete porque, además del ballotage presidencial colombiano, también habrá segunda vuelta de las legislativas en Francia. Sí, vos dirás a quién se le ocurre. Yo no lo digo, para nada. Este video te explica cómo funciona el sistema. Por ahora, lo que dejó la primera vuelta son tres cosas. Primero: ganó la coalición de izquierda NUPES, liderada por Jean-Luc Mélenchon, con el 26,11% de los votos. El macronismo salió segundo a menos de 1 punto. Guarda. Segundo: solo se repartieron 5 bancas sobre un total de 577 (se necesitan 289 para ser mayoría y poner Primer Ministro). Desde 2002, cuando se unificaron los ciclos presidencial y legislativo, cada año menos bancas son asignadas en la primera ronda. En las últimas 2 elecciones no se repartió ni el 1% de la asamblea. Con el sistema que tienen, es una clara señal de descontento. Creo yo, más que la baja participación. Guarda por dos. Tercero: a la extrema derecha le sigue costando el ruedo electoral legislativo. Eric Zemmour (Reconquête) se quedó afuera de la segunda ronda, al igual que todos sus candidatos. El partido de Marine Le Pen, Rassemblement National, logró colar candidatos para el segundo round en menos de la mitad de los distritos y ganó en apenas 110 circunscripciones. Esta dificultad ya te la habíamos cantado con Juano. Acá un perfil de los votantes de cada espacio. ¿Quién pone Primer Ministro? Lotería. Acá dicen que Macron tiene más chances que Mélenchon.
  • Yo te dije que era de rechupete: también votan para la Junta de Andalucía. Regalale datos electorales a tu viejo. A esta prestale atención porque se repite la historia de un PP que necesitará del apoyo de VOX para gobernar. Andalucía siempre fue un bastión del PSOE, que ganó todas las elecciones desde el retorno a la democracia (salvo la de 2012). La cosa fue que en las pasadas elecciones de 2018 se repitió ese mantra, pero el PP logró el apoyo de Ciudadanos y VOX para arrebatarle la Junta a Susana Díaz, un cuadro de peso en el socialismo español. Desde entonces, lidera el gobierno Juan Manuel Moreno. Las encuestas le dan una victoria, la segunda en la historia reciente, pero necesitará del apoyo de Macarena Olona (VOX). La candidata del extremo de la derecha es actualmente diputada nacional, y llegó a ser Secretaria General y portavoz de los gritones en las Cortes Generales. Esto muestra que están jugando fuerte en el nivel autonómico. Ciudadanos, como en todos lados, desaparecería.
  • El domingo pasado también hubo frenesí electoral en Italia. Votaron para cargos locales en 980 municipios (el 12% de las localidades), incluyendo 26 capitales provinciales. El sistema contempla un ballotage si ningún candidato o partido que lo apoya obtiene un 50% de los votos (que se celebra el 26 de junio). Por ahora, de las 26 capitales, se resolvió la pelea en 13. Algo para prestar atención: Fratelli d’Italia, formación de derecha extrema que le compite el espacio a Lega Nord, se quedó con 3. Acá y acá tienen más data para ampliar. Pero además de estas competencia hipermegalocales, se celebró un referéndum sobre temas judiciales, impulsado por, justamente, la Lega Nord. Eran 5 preguntas. Por más que en todas ellas ganó el “Si” con casi el 80% de los votos, la consulta no resultó válida dado que no se superó el 50% de la participación electoral. De hecho, votó alrededor del 20%, la más baja participación en la historia. Ninguno de los espacios progresistas o de izquierda apoyaba la reforma. Y los Fratelli solo 3 de las 5. Qué quilombo tienen, primos. 

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(Cortesía de Mario Riorda)

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Politólogo, consultor e investigador independiente. Hoy me encuentran dando clases en UBA y UTDT. Me encantan las elecciones y me sacan menos canas verdes que Racing. Un hobby que tengo es aprenderme la historia de los partidos políticos. Creo que la política marida muy bien con un tinto.