Datos y democracia

Te cuento del trabajo de Data Cívica, una organización mexicana que se dedica al análisis y visualización de datos en temas de democracia, ciudadanía y derechos humanos.

Hola, ¿cómo estás? 

Yo, en Ciudad de México. Emprendí el (largo) retorno a mi casa y eso incluyó un desvío geográfico y un tuit viral que te comparto para que te diviertas. Tengo anotada “la viralidad” como tema para un newsletter, pero hoy voy a hablar de otra cosa. Estando acá conocí el trabajo de Data Cívica y hacia allí voy. 

Data Cívica es una organización que pone datos al servicio de la ciudadanía. Se concentran en temas de democracia y derechos humanos. Estaba hablando sobre su trabajo con Mónica Meltis, su directora ejecutiva, cuando la escuché contar sobre “el algoritmo que desarrollamos para predecir dónde hay fosas”, y se me abrieron los ojos bien grandes.  ¿Por qué me llamó tanto la atención? Porque, en general, no hay muchos datos en estos temas y en estos ámbitos, pero, además, y quizás sobre todo, no hay aprovechamiento de esos datos. 

De ahí nos pusimos a hablar de las desapariciones de personas en México, la falta de datos, la incapacidad estatal y la ausencia de reacción de la población. ¿Cuántas personas hay desaparecidas en México? No se sabe. ¿Quiénes desaparecen? Mayoritariamente hombres de entre 16 y 28 años, pero también hombres más grandes, mujeres, niñes. ¿Quiénes los desaparecen? Distintos actores: el narco, el narco-Estado, las fuerzas de seguridad, entre otros. ¿Por qué desaparecen? Por distintas razones según la localidad. 

En este contexto, la recolección y análisis de datos dice muchísimo, y es un aporte invalorable para los afectados. Entre quienes cuento primero a las familias de los desaparecidos; segundo, a las organizaciones locales que se dedican a estos temas, pero tienen menos capacidades; y tercero al Estado que muchas veces no quiere hacer su trabajo pero aún cuando quiere no puede, porque no tiene recursos económicos ni humanos. En cuarto lugar nos pongo a todos nosotros, que vivimos en un mundo donde pasan cosas terribles sin que haya muchas consecuencias. 

En Cenital nos importa que entiendas. Por eso nos propusimos contar de manera sencilla una realidad compleja. Si te gusta lo que hacemos, ayudanos a seguir. Sumate a nuestro círculo de Mejores amigos.

A partir de esto, le hice varias preguntas a Mónica porque quería saber más. En primer lugar, le pedí que me diera más detalles sobre Data Cívica y ella me contó que es una “organización de la sociedad civil que lleva más de 5 años utilizando herramientas estadísticas, científicas y tecnológicas para la defensa y promoción de los derechos humanos”. Se explaya: “La tarea fundamental es la investigación de datos; en segundo lugar, la capacitación a organizaciones de la sociedad civil y periodistas en el uso de datos y programación para sus propias investigaciones y para la incidencia; y en tercer lugar hacemos herramientas tecnológicas para la gestión de información de las organizaciones de la sociedad civil”. Mónica va a repetir muchas veces una palabra: incidencia. Ella la usa para referirse a lo que les importa: cambiar el modo en que funcionan y suceden las cosas. Le pregunté cómo había empezado la organización y me dijo que fue en un momento “en que en México empezó a haber un auge de la política de datos abiertos y se empezaron a liberar bastantes bases de datos, pero nos dimos cuenta de que no muchas organizaciones y periodistas las utilizaban para incidir y para investigar”. Esto es, había más datos, pero no se sabía qué hacer con ellos, de modo que estaban desaprovechados. Sigue Mónica: “Entonces Data Cívica se pensó como una organización que podía reducir la brecha entre productores y consumidores”. Su trabajo sigue porque “en la medida en que incorporamos más evidencia y más datos a través de herramientas científicas y tecnológicas podemos aumentar la incidencia de las agendas de las organizaciones de la sociedad civil.” 

Cuando le pido detalles sobre los datos que usan, me cuenta que ellas no producen datos: “Usamos los públicos pero también utilizamos los que producen las organizaciones que acompañan casos, por ejemplo, de violaciones a derechos humanos”. Es decir, se nutren de los datos de otros, pero lo que hacen es trabajar para que estén realmente disponibles, o sea, sean legibles y usables por terceros. 

Le pregunto con quiénes trabajan y me cuenta que principalmente con organizaciones de la sociedad civil y periodistas, pero también “con algunas instancias gubernamentales para avanzar en la agenda de Data Cívica, entre la cual está la desaparición de personas. Ahí hemos trabajado con la Comisión Nacional de Búsqueda de Personas Desaparecidas generando insumos estadísticos para la búsqueda”.

Acá ya nos acercamos al proyecto que te mencioné antes sobre personas desaparecidas. Le pedí más detalles al respecto y me dijo: “Para el proyecto de proyección de ubicación de fosas hicimos un modelo de aprendizaje de máquina (random forest, o bosques aleatorios). Es un modelo que lo que hace es generar probabilidades de hallazgo de fosas clandestinas a partir de las fosas que han sido observadas. Entonces es una guía que va generando probabilidades por año para cada municipio sobre la existencia de fosas clandestinas que no hayan sido halladas aún”. O sea, a partir de lo que ya sabemos (las fosas que han sido encontradas), hacemos predicciones sobre lo que no sabemos (las fosas que no han sido encontradas).

También le pregunté por otro proyecto que me llamó la atención al navegar su página. Se trata de uno sobre feminicidio. Mónica me dijo: “En México no hay forma de comparar feminicidios a nivel geográfico y temporal porque es una variable que está generada a partir de 32 códigos penales distintos. Cada estado tiene su propia definición en el Código Penal y eso implica que cada estado considera feminicidio algo distinto a otro estado. Entonces los datos no son comparables entre los estados”. Ahí entra el trabajo de Data Cívica. Sigue Mónica: “Lo que nosotros hacemos es una medición propia a partir de una base de datos de Salud que genera posibilidades de identificar, por ejemplo, qué características tienen en común estos homicidios hacia las mujeres que llamamos feminicidios. La investigación se llamó ‘Claves para entender los asesinatos de mujeres en México’ en la que damos ciertas pistas para entender eso”. 

Le pregunté qué encontraron en ese informe. Su respuesta: “Dentro de los hallazgos más importantes está el que si bien en México existe una violencia que es una violencia constante hacia las mujeres, que es la asociada con feminicidios, una violencia que sucede dentro del hogar y muchas veces presuntamente a manos de personas cercanas a la víctima, también es cierto que la guerra contra el narcotráfico detonó una violencia muy particular que también afectó a los asesinatos contra las mujeres de forma muy cabrona. Y con esto, lo que queremos decir, es que si queremos atender la violencia contra las mujeres, tenemos que también atender la militarización del país y también atender la violencia detonada a partir de la violencia desatada por la guerra contra el narcotráfico porque hemos podido detectar una correlación. O sea, hay dos tipos de violencia, la típicamente asociada al feminicidio y la típicamente asociada a la guerra contra el narcotráfico, que es un tipo de violencia que sucede mucho más en el espacio público, a través de armas de fuego. Y esta violencia es muy similar a la que viven los hombres en México, la violencia homicida”.

Hablé con Mónica sobre si son un bicho raro en el mundo de los datos. Me dijo esto: “Hay un aumento en el uso de este tipo de herramientas y en el uso de datos para temas sociales. Mi percepción es que quienes trabajamos temas sociales mucho más de cerca, organizaciones de la sociedad civil o personas académicas que investigan dentro de la sociedad civil organizada, no cuentan con las herramientas para poder generar este tipo de aprovechamiento de los datos. Y ésa es un poco la razón de ser de Data Cívica: hay todo este mundo de datos y tecnología que se utiliza para eficientar ventas, identificar demanda o generar estrategias de marketing que si fueran aplicados al mundo de los derechos humanos y temas sociales en general podrían tener un aprovechamiento bien cabrón”. Mónica dice que las organizaciones se dan cada vez más cuenta de esto, pero hay una barrera grande para el uso de este tipo de herramientas. Ahí entra Data Cívica: “Quizás las organizaciones no van a poder hacer un modelo bayesiano para identificar la magnitud de personas desaparecidas, como nosotras lo hemos hecho, pero sí serán capaces de utilizar sus propios datos para incidir en su agenda, aprovechar mucho mejor la información que ellas mismas están generando, y la información pública para contrastar y generar estrategias de incidencia y, de la mano con investigadores y otras personas solidarias que sí están en condiciones de generar información o herramientas más sofisticadas, puede haber una forma complementaria”. Ella llama la atención sobre la precariedad de estas organizaciones que acompañan casos en el territorio, porque tienen pocos recursos y poco tiempo. “Muchas personas que trabajan en organizaciones tienen otras chambas porque pagan muy mal entonces, bueno, la propia inercia del trabajo de sociedad civil impide, a comparación de la inercia del mercado, incorporar este tipo de herramientas”, me dice. Mónica habla de algo obvio: todo es más difícil en organizaciones sin fines de lucro. 

“Desde mi experiencia, el poder de los datos es el poder de contar historias. Los datos, al final, son herramientas que nos permiten entender fenómenos complejos siempre y cuando los acompañemos de historias y de narrativas que permitan ese entendimiento. Acompañado de eso, el potencial es enorme porque lo que hace es presentar de forma muy intuitiva elementos que quizás pueden ser muy complicados de entender”. Ahí, Mónica destaca que “la educación pública, y la educación en general, nos ha negado el entendimiento de datos a las personas que trabajamos temas sociales, pero estos datos y esta información sirven para potenciar el trabajo social, para incidir en la agenda pública, para tener conversaciones públicamente relevantes, para entender desigualdades, para entender fenómenos de violencia complejos”. Para cerrar, Mónica me dice: “Son herramientas muy poderosas, si estos datos no son utilizados solamente en abstracto, sino sobre todo para la incidencia”. 

Cosas que pasan

  • Facebook y Apple protagonizaron otra batalla en su guerra que ya lleva varios años. En este episodio del podcast diario del New York Times lo cuentan muy bien. 
  • España sancionó la “ley rider”. Mirá acá para saber más. 

Gracias por llegar hasta acá.

Un abrazo,

Jimena

PD: Desde hace meses recibo en mi casilla varios de los newsletters de Cenital, y ahora estoy (también) del otro lado. Si tenés ganas, podés colaborar con nuestro periodismo acá. Y, si todavía no lo hiciste, te recomiendo que te sumes al canal de Telegram que lanzó Cenital.

Soy economista (UBA) y Doctora en Ciencia Política (Cornell University). Me interesan las diferentes formas de organización de las economías, la articulación entre lo público y lo privado y la relación entre el capital y el trabajo, entre otros temas. Nací en Perú, crecí en Buenos Aires, estudié en Estados Unidos, y vivo en Londres. La pandemia me llevó a descubrir el amor por las plantas y ahora estoy rodeada de ellas.