Crónica de una separación anunciada: activó Monzó y JxC se parte en Diputados

Una semana después de la reunión del ex presidente de la Cámara con legisladores de PRO, quince integrantes del interbloque se cortaron solos y, sin avisarles ni a Negri ni a Ritondo, avalaron en una carta a Massa la posibilidad de una sesión virtual en la Cámara Baja.

El puntapié inicial lo dio Emilio Monzó hace una semana, cuando en la reunión virtual que mantuvo con el bloque de PRO en la Cámara de Diputados los instó a sesionar de la forma que fuese y subrayó que el reglamento del cuerpo permite iniciativas como las reuniones remotas cuando habla de “causas de fuerza mayor”.

Fue una conversación vía Zoom que se extendió durante más de una hora y que encontró su consecuencia más inmediata este fin de semana, cuando los diputados que responden al propio Monzó, al ex ministro Rogelio Frigerio, al histórico operador radical Enrique “Coti” Nosiglia, y al gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, se sumaron a legisladores con peso específico propio dentro del Congreso, como Graciela Camaño y otros, que integraron las listas de Roberto Lavagna en las últimas elecciones, para sumarse al oficialismo en un planteo elemental: el Poder Legislativo tiene que funcionar, de la forma que sea.

La nota que consensuaron y que le enviaron 26 diputados opositores al presidente de la Cámara baja, Sergio Massa, es el corolario de años de advertencias del sector de Monzó y Frigerio sobre la deriva que, por impulso del ala dura de PRO, fue tomando Juntos por el Cambio.

El texto debe ser analizado en dos dimensiones. La dimensión formal muestra a un sector de la oposición ansioso por avanzar con proyectos de ley tendientes a aliviar o proteger a los trabajadores de la salud en medio de su lucha contra la pandemia de coronavirus. Se cuentan en el pedido de sesión especial para este jueves ocho proyectos de protección, incentivo o exenciones impositivas para ese sector. La dimensión política del texto, sin embargo, puede ser la que genere consecuencias sobre el mapa de alianzas y sociedades partidarias en la Argentina post pandemia.

“Nosotros queremos sesionar como sea, pero está claro que no desconocemos el gesto político de poner nuestra firma en esta nota”, concedió uno de los diputados firmantes a Cenital. Es uno de los nombres más fuertes entre los 15 legisladores de Juntos por el Cambio que se abrieron de su bancada para decirle a Massa: “Quienes solicitamos esta sesión extraordinaria consideramos que se encuentran configuradas las razones por las que usted debe buscar la instancia de funcionamiento que atienda la continuidad del Poder que representamos y respete el aislamiento, las restricciones ambulatorias, y las posibilidades de participación en el debate y el voto de aquellos miembros que por edad o enfermedades prevalentes se constituyen en población de riesgo”.

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Recogieron además, con una mirada positiva a los intereses del oficialismo, la respuesta que le dio la Corte Suprema de Justicia (CSJN) a la presentación de la titular del Senado, Cristina Fernández de Kirchner. “Tal como se pronunciara la CSJN (…) se encuentran dadas las condiciones para que este Congreso y esta Cámara funcionen de forma telemática o bien combinada la presencia reducida de legisladores con votación electrónica remota asegurando que se cumplan los recaudos y el procedimiento de deliberación y sanción de leyes impuestos por la Constitución”.

La difusión de la nota operó como una bomba neutrónica dentro de Juntos por el Cambio. Inmediatamente se multiplicaron en privado, por WhatsApp, en público, vía Twitter, los pedidos de explicaciones al grupo de diputados díscolos que, entre otros, integran Sebastián García de Luca, Emiliano Yacobitti, Carla Carrizo, Federico Frigerio, Domingo Amaya y Marcelo Orrego. Los jefes de sus respectivos bloques (Mario Negri para los radicales y Cristian Ritondo en el caso de los de PRO) no estaban al tanto de la movida. Tampoco los jefes partidarios Alfredo Cornejo y Patricia Bullrich.

“Algunos diputados, sin avisarle a las autoridades del bloque, se cortaron solos junto a Massa. Deberán explicar lo que hicieron. O irse”, tuiteó uno de los halcones del bloque, de línea directa con Bullrich: Waldo Wolff. El diputado insistió además en que Juntos por el Cambio sólo apoya la sesión presencial y señaló que este martes el resto de la bancada se reunirá de manera física en el Congreso para reclamarle a Massa que convoque a una reunión en el recinto. La idea es dar un golpe de efecto, con los legisladores mostrándose de cuerpo presente en el Congreso y marcando la factibilidad de una sesión presencial. Por eso, muchos diputados y diputadas se encuentran por estas horas viajando en auto desde sus provincias. Una de ellas, la radical santacruceña, Roxana Reyes, volcó con su vehículo en la Ruta 3 y fue hospitalizada en la localidad sureña de Fitz Roy, adonde recibió primeros auxilios. El accidente, sin embargo, no le impedirá participar de la foto política que busca Negri: horas después del vuelco, a Reyes la recogió en el camino el radical chubutense Gustavo Menna y juntos pasaron a buscar a la rionegrina Lorena Matzen para llegar juntos al Congreso.

La reunión de la bancada promete chispas. El descontento y la desconfianza entre los dos sectores (los dialoguistas y los rupturistas) refleja lo que sucede en todos los niveles de la alianza y que principalmente pasan por las diferencias entre quienes tienen responsabilidad de gestión, como Horacio Rodríguez Larreta o Gerardo Morales, y quienes buscan acumular capital político entre los descontentos con el gobierno de Alberto Fernández, como Bullrich o el propio ex presidente Mauricio Macri.

En medio de esa interna, aparece el fondo claro de la pelea: la discusión política por la intención del oficialismo de obligar a una contribución extraordinaria por la pandemia a las principales fortunas del país. Mientras que cambiemitas como Morales o los radicales porteños se muestran de acuerdo, el macrismo más enfático se opone. “El bloque es una anarquía. Cualquiera presenta cualquier cosa. ¡Imaginate si nosotros hubiéramos presentado el proyecto que hizo el PRO del Senado sobre impuesto a la riqueza el quilombo que se arma!”, se quejó uno de los firmantes de la nota a Massa respecto de la doble vara para juzgar iniciativas individuales dentro de Juntos por el Cambio.

Ese proyecto, que propone gravar con el 2,5% a los patrimonios de más de $200 millones no apunta, como dijo el Frente de Todos que hará el proyecto del oficialismo, a reforzar el sistema de salud. Sino que permite que quienes sean alcanzados por el gravamen apliquen el dinero que deberían pagar a: construcción, mejora o adquisición de bienes inmuebles; adquisición de automotores nuevos; adquisición de bienes de uso; adquisición de obligaciones negociables; suscripción de títulos de deuda; o aporte a sociedades en el país. Básicamente, es un proyecto que los incita a gastar dinero, no a aportarle recursos al Estado, que es lo que la Argentina va a necesitar para enfrentar las consecuencias del coronavirus.

Firmado por Alfredo De Ángeli, Humberto Schiavonni y Gladys Gonzalez, entre otros, el proyecto asegura en sus considerandos que una ley de ese tipo sería “una acción temprana para la reactivación de la economía, que nos permitirá como país estar mejor parados una vez que pase la pandemia”. Sin embargo, no consiguieron que otros integrantes de Juntos por el Cambio suscriban la iniciativa.

Durante la semana, los cambiemitas enfrentarán la discusión interna de qué hacer cuando tanto Sergio Massa como Cristina Fernández de Kirchner los convoquen a la primera sesión durante la pandemia y, más específicamente, cómo votar cuando llegue el demoradísimo proyecto que coordina el diputado Carlos Heller para gravar a las megafortunas de la Argentina.

El final de la discusión al interior del macrismo es incierto. ¿Habrá una nueva salida de diputados del bloque como la que ocurrió apenas concretada la derrota electoral? Los que formaron su bloque provincial, por afuera del PRO, en diciembre pasado fueron, de hecho, quienes tuvieron más motivos que ninguno para presionar y desmarcarse del resto del interbloque en la discusión sobre sesionar o no y de qué manera. Actores de relevancia en sus provincias, como el sanjuanino Marcelo Orrego o el tucumano Domingo Amaya, empezaban a sentir la presión social de sus coterráneos por la falta de actividad legislativa. “Queremos sesionar como sea, lo que definan los jefes de bloque y Massa. Lo ideal para nosotros sería un sistema combinado, como tiene España, con algunos legisladores de manera presencial y la mayoría de manera remota. Pero en última instancia, haremos lo que digan, lo que queremos es sesionar”, dijo uno de los firmantes a Cenital.

Precalentando motores para cuando llegue ese momento, Massa ya ultimó los detalles del sistema que les permitiría a los diputados sesionar de manera remota. En la Comisión de Modernización de la Cámara aseguran que está todo listo y que la nueva modalidad podría estrenarse el mismo jueves, en la fecha pedida por la oposición. Por su parte, la vicepresidenta planea celebrar un primer debate bajo esa modalidad el 6 de mayo, en principio para validar los DNU que fue dictando el Presidente en estos meses. Por eso citó para este martes por la tarde al formoseño José Mayans, presidente del bloque del Frente de Todos, y a Luis Naidenoff, titular del interbloque Juntos por el Cambio, para resolver cómo harán. Será una reunión presencial en el despacho de la vicepresidencia.

Es periodista, licenciada en Comunicación Social. Conduce el noticiero central del canal IP. Es docente titular de la cátedra Televisión en la Facultad de Ciencias Sociales de la UNLZ. Es autora de El Otro Yo, la biografía de Nicolás Caputo (Planeta, 2017).