Como puedo yo parar, esto parece no tener final

Como charlamos en otra ocasión, la sensación de infinitud es doble: el final no llega más y hablar de pandemia es hablar de todo.

Holis, ¿cómo andás? Yo soy solo una chica frente a una pila de trabajos finales pidiéndoles que ya que los tengo que corregir al menos respeten la consigna. Esta situación por supuesto no es particular y afecta a todo el gremio docente, por eso la Escuelita de filosofía de la ciencia de hoy no tiene invitados.

Como charlamos en otra ocasión, la sensación de infinitud es doble: el final no llega más y hablar de pandemia es hablar de todo. La ciencia como entidad homogénea y uniforme, eso que nos enseñaron a pensar pero que no existe, en este contexto se da de una forma rara, pues los estudios sobre coronavirus abarcan todos los campos del conocimiento. O sea, sigue sin haber un “la ciencia dice” pero toda la ciencia habla de lo mismo.

Y en un año en el que es muy difícil pensar que se haya logrado algo, eso que decimos de que no hay ciencia sino ciencias y que el conocimiento acerca de las cosas no es una suma del conocimiento acerca de cada uno de sus aspectos sino una interrelación, de repente sucedió. Esta crisis sanitaria es un gran ejemplo paradigmático para las aulas.

Te propongo entonces que arranquemos con un relato de mi vida como estudiante, algo que considero una gran parte de mi vida como docente.

¿No ves que me muero?

Hablando de infinitud, identificarme como docente no implicó haber dejado de ser estudiante.  Para mí, dar clases es elegir un enfoque. Para hablar de un tema específico y profundizar necesito usar muchos conceptos que necesito tener bien definidos. Esto no quiere decir ser experta en cada cosa que nombro, sino poder mostrar un modo de abordaje para alguna cuestión inabarcable. Para eso, tomo clases y seminarios con otros que me ayudan a saber qué estoy queriendo decir cuando hablo de cosas que pareciera que todos entendemos pero sobre las que no hice una reflexión profunda.

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En ese plan, el miércoles 11 me sumé a la transmisión que hizo Grupo Anfibio con Cristian Saborido, un filósofo de la medicina que dio una charla/clase con el título «¿Qué son (si es que son algo) las enfermedades?».

Les comparto entonces un resumen de la exposición:

  • Para hablar de la relación entre filosofía y medicina, se citó una frase de Feynman que dice: «La filosofía científica es tan útil para los científicos como la ornitología para las aves». Lo que señaló Saborido es que la diferencia radica en que los pájaros no entienden a los ornitólogos pero los médicos sí entienden a los filósofos (un optimista del oficio Cristian).
  • El problema con las nociones de salud/enfermedad no es que falte una definición, sino que hay muchas.
  • Hay dos corrientes principales que abordan este problema: naturalista y normativista. Para la primera, las nociones teóricas son objetivas y pertenecen a la ciencia. La enfermedad es lo que se desvía del ideal/estándar. La función de los médicos es restaurar la normalidad. Para los normativistas, la distinción salud/enfermedad está plagada de valores subjetivos y prejuicios culturales y no hay forma científica de definir la normalidad. La salud estaría definida por cosas que queremos tener y la enfermedad por cosas que no, es una definición que se da en términos éticos/políticos.
  • Un problema de interpretar el normativismo como un relativismo extremo ha sido el surgimiento del disease mongering. Se trata de expandir las fronteras diagnósticas para vender tratamientos. Algunos ejemplos son la calvicie o la disfunción eréctil (antes no se pensaba que quedarse pelado o no poder sostener una erección en la vejez fueran patologías).
  • En el caso de las enfermedades mentales es difícil definir el agente etiológico (qué las causa) o el mecanismo fisiológico (qué es lo que sucede en el cuerpo), entonces se definen por criterio clínico (observación de síntomas). Incluir nuevos trastornos en esta categoría resulta muy sencillo.
  • El enfoque pragmatista sostiene que no hay una línea clara que, observando su aplicación, defina los conceptos de salud/enfermedad. Son nombres que damos a estados por los que pasan individuos. Esta visión sostiene que la definición de un concepto solo tiene sentido en relación con las consecuencias que acarrea en cuanto a nuestra interacción con la realidad y que por eso lo que se necesita es: buen conocimiento, instrumentos y habilidades prácticas para tratar y criterio ético para definir cuándo la intervención médica es necesaria.
  • El conocimiento médico se modifica con los cambios sociales y avala la confianza que la gente deposita en él.

¿Es él tal vez más listo que yo?

Para una comunicadora que habla de lo mismo hace meses, el concepto de novedad, antes tan conciso, se volvió otro ejemplo de infinitud. A esta altura, ¿qué puede resultar nuevo acerca de una vacuna para el coronavirus excepto que ya está lista y disponible?

La semana pasada hablamos de los anuncios de Pfizer y Gamaleya sobre la eficacia que muestran sus vacunas promediando la última etapa de los ensayos clínicos (90 y 92% respectivamente). En los últimos días, se sumó Moderna, que dijo que según los resultados reportados al momento, la suya es eficaz en un 94,5%. Este número surge de la observación de 95 casos de COVID-19, de los cuales 90 pertenecían al grupo placebo y 5 al que recibió la vacuna (sobre la tecnología que emplea este desarrollo hablamos en esta edición). 48 horas después, Pfizer hizo otro anuncio y dijo que con los últimos datos que recibieron su efectividad era del 95%.

Más allá de lo ridículo y gracioso que resulta todo, me gustó este hilo que explica que los resultados no son equivalentes, ya que los ensayos no toman los mismos parámetros. Hay varios aspectos a tener en cuenta, por ejemplo el primary endpoint (el resultado principal que se mide al final de un estudio para ver si un determinado tratamiento funcionó). 

Esta nota de Nadia Luna abre el panorama sobre lo que está en juego con estos anuncios: «En las vacunas hay dos carreras. Por un lado, está la pelea comercial entre empresas para ser la primera en llegar porque esa vacuna va a ser la que todos los países querrán comprar. Es lo que estamos viendo con la guerra de comunicados donde las empresas dicen ‘miren, nuestra vacuna es mejor’, explica Ernesto Resnik, biólogo molecular argentino que reside en Estados Unidos. ‘Por otro lado, está la competencia geopolítica entre las naciones. El país que consiga la vacuna y logre dársela a otros países gana un ascendiente político notable sobre éstos’». Te recomiendo leerla entera para tener una buena idea de las implicaciones geopolíticas de estos desarrollos farmacológicos.

Por último, si de buenas noticias respecto a vacunación se trata, no puedo dejar de mencionar que el onceavo brote de ébola en Congo se dio por finalizado 6 meses después de que el primer caso fuera reportado. Y como si no fuera una buena noticia en sí misma, también podría ser la solución a un problema futuro. ¿Te acordás que la semana pasada hablamos de que podría haber problemas logísticos con algunas vacunas contra el coronavirus que necesitan guardarse a muy bajas temperaturas? Bueno, la del ébola, como la de Moderna y Pfizer, necesita ser almacenada a -80°C y esto pudo lograrse aún en zonas remotas gracias a unos freezers que se llaman ARTKTEK, que son de tamaño pequeño y no necesitan electricidad.

Quiero y no me puedo resignar

La pandemia que todo lo atrapa contempla tanto sus soluciones definitivas como el mientras tanto. Van algunos avances que buscan aligerar un poco lo que sea que quede de este tránsito pandémico (o una mejor convivencia con un virus que llegó para quedarse, lo que sea que está ocurriendo):

  1. Se están desarrollando varios kits para detectar inmunidad celular ante el COVID-19. Hasta ahora, la inmunidad se infería por la presencia de anticuerpos, pero este no es el único aspecto a tener en cuenta.

Los tests sobre los que se está investigando buscan detectar la respuesta de las células T, un tipo de glóbulo blanco involucrado en el desarrollo de la inmunidad. Para ello, se necesita conocer en detalle cómo es la reacción de estas células en contacto con el coronavirus para identificar qué diferencias hay entre las que se lo cruzaron y las que no y que los tests detecten específicamente esa diferencia. Esto nos daría información sobre personas que se infectaron y no desarrollaron anticuerpos, que tendrían otro tipo de inmunidad hasta ahora indetectable.

  1. Se entregaron los Premios L’Oreal – UNESCO por las Mujeres en la Ciencia y una de las ganadoras fue la Dra. Vera Alejandra Álvarez por un proyecto que busca elaborar materiales de protección e inactivación del coronavirus en distintas superficies. Álvarez y su equipo investigan sobre geles, films y recubrimientos biodegradables que, una vez puestos sobre distintos materiales como telas, metales, vidrios o plásticos, hacen que el coronavirus se inactive (que no pueda ni reproducirse ni infectar).

A que no sabés cuándo te dejé las flores que nacen de mí

Respecto a la ciencia que hacemos, la infinitud de la pandemia no tiene solo que ver con que todas las áreas hagan trabajos específicos sobre el tema, sino con que la respuesta requiere un sistema científico tecnológico robusto y con recursos aunque ello no se relacione de manera directa con la investigación sobre coronavirus.

En ese sentido, van dos anuncios recientes del ministerio de Ciencia:

  1. Se duplicaron los ingresos al CONICET. La convocatoria del año que viene prevé 800 cargos de Carrera del Investigador y 300 de Carrera de Personal de Apoyo a la Investigación y Desarrollo.
  2. Junto a Agricultura y Ambiente, se elaboró el Inventario de Uso de Agroquímicos y se invitó a los investigadores que cuentan con resultados de investigaciones y/o desarrollos tecnológicos orientados a medir y/o estimar el contenido de agroquímicos en suelos, aire, agua y organismos biológicos a participar (según esta servidora, deberían haberlos rastreado).

Que el todo que nos une hace tanto y hace nada

A veces me agarra miedo de que la infinitud de la pandemia no sea tal, se termine y ya no encuentres razones para leerme. En ese caso, antes de dejarme acordate de colaborar con Cenital así voy planeando mi jubilación.

Si, en cambio, creés como yo que si la pandemia no nos separó ya nada lo hará, nos vemo’ y nos leemo’ el lunes que viene y todos los demás. Que disfrutes el feriado.

Te mando un beso enorme,

Agostina

p/d: la canción de referencia de este news es una obra maestra en lo que a dúos performáticos se refiere. También te invito a ver esta playlist de videos en las que el compositor habla de cada canción del discazo que la incluye y que te insto enfáticamente a escuchar completo.

Soy comunicadora científica. Desde hace tres años formo parte del colectivo Economía Femini(s)ta, donde edito la sección de ciencia y coordino la campaña #MenstruAcción. Vivo en el Abasto con mis dos gatos y mi tortuga. A la tardecita me siento en algún bar del barrio a tomar vermú y discutir lecturas con amigas.