¿Cómo funcionan las elecciones en Estados Unidos?

Claves para seguir el show.

¡Buen día!

Son semanas en las que se llora. Se llora por efemérides, se llora por elecciones, se llora por plebiscitos. Se llora por el contexto, por el año, por el país, por el mundo. Imágenes, recuerdos y discursos se te instalan en los ojos, y se llora. Se llora hacia afuera pero también hacia dentro; quiero decir: no hace falta expulsar lágrimas para llorar. 2020: el año en el que aprendimos a llorar para dentro. Pero también el año en el que aprendimos a seguir, a pesar del llanto y a pesar de todo. 

Esto es Mundo Propio, nos queda poco tiempo y en menos de una semana son las elecciones en Estados Unidos. Así que basta de llorar, agarra un pañuelo, lavate la cara, que hoy estamos de previa. 

CÓMO SEGUIR LAS ELECCIONES DE ESTADOS UNIDOS COMO CORRESPONDE

Lo primero es no tener vergüenza. Está bien que te importen las elecciones y quieras sumarte al show. No te vas a convertir en un cipayo o un embajador del imperialismo por hacerlo, así que dale con ganas. ¿Puedo subir una historia a Instagram con una picada y CNN de fondo? Adelante, no te reprimas. Si algún trosko (me juego la vida a que es un varón) te dice algo, no le des bola. Siempre es un buen momento para silenciar gente. Si tenés Twitter y seguís este newsletter es probable que la mayoría de tu timeline esté igual de metido que vos, así que podés tuitear con total impunidad. No entro mucho a Facebook pero también ahí vale, mandale. 

La elección del 3 de noviembre, el próximo martes, es la más importante en mucho tiempo. No da lo mismo. Pensá en todos los grandes temas que venimos comentando desde hace más de un año. En cada uno de ellos va a haber cambios –algunos más abruptos, otros no– en función de quien salga electo presidente. En algunos, como la crisis climática, puede haber un viraje marcado; en otros, como el vínculo con China o el interés hacia la región, no cambiaría tanto el fondo sino las formas y los instrumentos. Martín Schapiro lo explica bien en una nota para Cenital. Además de la agenda, se juega el rol que va a ocupar Estados Unidos en el mundo por los próximos años, en medio de una crisis fenomenal. Y para ellos también importa. Para David Frum, periodista de la revista The Atlantic, se decide si Estados Unidos se convierte definitivamente en una autocracia o puede salvarse. Elige tu propio drama. 

En Cenital nos importa que entiendas. Por eso nos propusimos contar de manera sencilla una realidad compleja. Si te gusta lo que hacemos, ayudanos a seguir. Sumate a nuestro círculo de Mejores amigos.

También hay que decir que estamos ante una jornada donde se puede pudrir todo. Existe la posibilidad de que la elección se defina por un fallo de la Corte Suprema, o que mientras esperamos el final del conteo se vivan enfrentamientos en algunas ciudades, o que vuelen acusaciones de fraude. La polarización que vive el país, sumado a todos los episodios que vivimos este año (Trump no solo dice que va a haber fraude sino que se ha negado a condenar milicias de extrema derecha, diciéndoles que “retrocedan y esperen”) alcanza para tenerlo en mente. Esto, por supuesto, no quiere decir que vaya a ocurrir, y tampoco hay que pasarse de rosca con el fatalismo. Pero bueno. Al fin y al cabo 2020 es el año en el que finalmente reivindicamos a Carlos Melconian, así que la pregunta es: ¿Por qué no? 

Ah, sobre el tema del conteo, un guiño para tu ansiedad: es altamente probable que te vayas a dormir el 3 de noviembre sin saber quién ganó las elecciones, en gran medida por la cantidad de votos por correo. Hoy te voy a compartir algunas pistas que podemos sacar de los resultados que nos lleguen, pero me parece importante tenerlo en cuenta. También te voy a pasar algunos sitios y herramientas para que chequees, aunque es una noche para ver la tele, mucha tele. 

¿Cómo funcionan las elecciones en Estados Unidos?  

El sistema electoral de Estados Unidos es de tipo indirecto por colegio electoral. Eso quiere decir que para ser Presidente no hace falta conseguir la mayoría de los votos nacionales sino reunir 270 votos electorales, que equivalen a la mayoría en el colegio. Este es el número que más vas a escuchar durante toda la noche. 

Estos votos se reparten en los estados. A cada uno le corresponde un número determinado según su población. Un estado poblado como California tiene 55 votos electorales; uno chiquito como Montana, 3. Acá lo podes ver en un mapa:

Bien. Hay dos trucos para entender cómo funciona el juego. 

  1. El ganador se lleva todo.

Salvo dos estados cuya función no parecería ser otra que embromar la explicación (Maine y Nebraska) y que distribuyen sus votos electorales de manera proporcional, en el resto de los estados quien gana la mayoría de los votos populares se lleva la totalidad de los electores en juego. Es decir, sí en Florida Biden gana por, digamos, tres votos, se lleva los 29 votos electorales que le corresponden a ese estado. Y así en cada uno de ellos. 

Eso explica, en primer lugar, por qué se puede tener una mayoría del voto popular a nivel nacional (como Clinton en 2016 y muy posiblemente Biden en 2020) y aún así perder la presidencia. No se trata de una gran elección nacional sino de 51 elecciones (el número de estados) en simultáneo. El desafío es ganar la mayoría de los votos en un determinado número de estados que te permita llegar a 270 votos electorales. 

  1. La gran mayoría de estados ya tiene ganador.

Sabemos que California y Nueva York, para poner un ejemplo, van a votar por Biden, así como Kansas y Oklahoma van a ir para Trump. Es más: ya sabemos cómo van a votar la gran mayoría de los estados. La elección se define por un puñado de estos –llamados swing states o estados pendulares– que son los realmente competitivos y que no llegan a diez. 

Ambos candidatos parten entonces con un piso de votos electorales provenientes de los estados que consideran seguros. El desafío está en incorporar a un determinado número de estados competitivos que los haga llegar a los 270 votos electorales. Se trata de construir un mapa electoral ganador. Las campañas entonces exploran diferentes combinaciones, arman y desarman fórmulas, la discusión pasa a ser matemática, me llevo Florida, pero pierdo Michigan, entonces estoy obligado a ganar Ohio, y así. La pregunta es: ¿En qué estados tengo que ganar para llegar al número mágico? ¿Cuáles son las diferentes combinaciones que me permiten lograrlo?

Los esfuerzos de las dos campañas, especialmente en estos últimos días, están puestos en estos estados.

¿Cuáles son los estados clave en esta elección?

Hay seis principales: Florida, Carolina del Norte, Arizona, Michigan, Wisconsin y Pensilvania. A esos podemos sumarles otros que no son tan trascendentales pero que pueden jugar un rol: Iowa, Nevada y Ohio. Y después hay estados que hace tiempo que votan consistentemente por el Partido Republicano pero que en esta elección, en parte por los cambios demográficos y en parte por la perfomance de Trump, podrían dar la sorpresa. El caso más ejemplar es Georgia. Texas, un poco más lejos, es otro. En el mapa de acá bajo marqué todos estos estados en gris; el resto son los seguros para Biden (azul) y para Trump (rojo).

¿Quién va a ganar la elección?

No sé, pero necesito títulos gancheros que me colaboren para surfear esta parte del correo. Ya sabemos entonces los estados que más o menos importan. De todos ellos, en 2016, Trump ganó todos salvo Nevada. 

Una victoria de Trump no es imposible, pero es difícil. Biden hoy tiene una ventaja en la gran mayoría de los estados pendulares; en algunos, como Michigan y Wisconsin, es mayor a 8 puntos, igual al liderazgo que ostenta, en promedio, a nivel nacional, y es un territorio donde los casos de coronavirus están escalando rápido durante estos días. El mapa electoral de Trump es precario: si pierde en Florida o en Pensilvania sus chances de ganar la elección se reducen notablemente.

Quien me lo explica es Joaquín Harguindey, politólogo de la Universidad de Buenos Aires y especialista en política de Estados Unidos. “Si Trump pierde en Florida eso implicaría una debilidad con votantes blancos, lo que lo haría perder en otros estados competitivos”, me explicó. En las últimas seis elecciones, el candidato que ganó en Florida terminó en la Casa Blanca. Si Biden gana en Florida y en algún estado donde mantiene amplia mayoría como Michigan y Wisconsin, y si mantiene los estados que Clinton ganó en 2016, el partido se termina. Pensilvania también juega un rol crucial: si Trump gana Florida pero pierde Pensilvania también necesita ganar en estados donde hoy se encuentra muy abajo.

Pero no te voy a aburrir más con esto. Acá podes jugar vos explorando las combinaciones (con doble click cambias el color del estado). Real Clear Politics y FiveThirtyEight son dos sitios donde podés ver promedio de encuestas a nivel nacional y en los estados pendulares. Espero que te diviertas.

Le pregunté a Joaquín cuanto podíamos confiar en las encuestas, dado que ya fallaron en 2016. “Las encuestas son un instrumento imperfecto, y nunca hay garantías. Pero creo que ese nivel de desconfianza no se condice con las elecciones en 2018, donde los encuestadores hicieron un buen trabajo. La gran mayoría, además, ha hecho correcciones con respecto a los modelos de 2016, sobre todo incorporando las brechas en educación en el electorado blanco”, me respondió.

Dicho esto, en Florida, Pensilvania, Carolina del Norte, Arizona y Georgia la ventaja de Biden es menor a 4 puntos. Me gustó como lo dijo Juan Negri, a quien hemos invitado a charlar sobre el tema hace poco: “¿Puede ganar Trump? Claro que sí. Aunque hoy no parezca lo más probable. ¿Te subirías a un avión que tiene 15% de probabilidades de caerse?”. 

Participación, voto anticipado y otras cosas a seguir

Cosas a saber: el voto en Estados Unidos no es obligatorio, el martes es un día laborable y la larga tradición de limitar el sufragio que tienen varios estados (son estos quienes fijan la mayor parte de las reglas electorales) contribuyen a que el país tenga tasas de participación que suelen estar por debajo del 60%. Además de estas particularidades, un gran número de estados permite votar de manera anticipada, ya sea en persona o por correo. 

Más de 70 millones de ciudadanos ya votaron, lo que implica más de la mitad de la participación total de 2016. “Este nivel de suscripción de voto por correo y voto anticipado nos dice que este año la participación va a ser altísima”, me dijo Joaquín. En estados pendulares, una buena parte del crecimiento de estos números se debe a los jóvenes. La pandemia y el deseo de evitar aglomeraciones el 3 de noviembre juegan un rol importante, y todavía hay que esperar a ese día para sacar conclusiones, pero todo apunta a un récord en la participación. Eso es, a priori, una buena señal para los demócratas. “La gente que no suele ir a votar por lo general son jóvenes, minorías y personas de bajos recursos. Representan a perfiles demográficos que son más propensos a votar por el Partido Demócrata”, me explicó. A las noticias para seguir el 3 de noviembre agregale esta. 

Trump, como ya hemos comentado, utiliza el voto por correo para su narrativa de que la elección va a ser fraudulenta, algo de lo que no hay evidencias. Sin embargo, el discurso ha servido como base para impulsar cientos de litigios en las cortes para limitar el voto, una operación que sigue en los días previos a la elección, en los que la Corte Suprema se está pronunciando. Además de este ruido de fondo, para nada menor, no podemos descartar –como te decía al comienzo– la posibilidad de que sea la Corte quien determine el desenlace de la elección por disputas en uno o más estados. Cuestión de timing: esta semana se aprobó la nominación de una nueva jueza conservadora para que la Corte pase a tener una supermayoría de 6vs3, un tema del cual ya nos ocupamos acá.

Para Joaquín, el escenario donde la Corte tenga la última palabra no es el más probable, aunque apunta que los litigios que se están tejiendo esta semana pueden influir no solo en limitar el voto en algunos estados sino también en demorar la llegada de resultados. De todas formas, avisa: “Si hoy hay un recuento me costaría ver una situación donde la Corte no le dé a Trump todo lo que quiere”. 

Además de las elecciones presidenciales, también hay que ponerle un ojo a las elecciones para renovar una parte de la Cámara de Representantes y el Senado. Una buena noche para los Demócratas puede recuperar la mayoría en la cámara alta. 

Última clave. Es posible que en la noche lleguen los resultados de Florida, Arizona y Carolina del Norte, mientras que los de Michigan, Pensilvania y Wisconsin pueden llegar al otro día o más tarde en la semana. También puede suceder que los primeros resultados que aparezcan sean extraños y contraintuitivos a primera hora, pero después se acomoden. Acá tenés en inglés una guía con fuentes de calidad para seguir la elección. La sección de Upshot del New York Times está muy bien, al igual que el trabajo que viene haciendo El País, cuya cobertura ha sido completísima. Por lo demás, mucha tele. CNN, CNN en español, Fox News, Telemundo se pueden ver –creo– por YouTube. Hay un nuevo canal argentino que se llama IP y está bastante bien.

Por lo demás, vino o cerveza van bien. Yo que vos me lo tomaría con calma, porque va a ser una noche larga. Y como te dije, nada de vergüenza. 

PICADITO

  1. Chile: tras el plebiscito, arranca la carrera presidencial. 
  2. Se disparan protestas en Polonia por una ley que restringue aún más el acceso al aborto.
  3. Japón se compromete a llegar a cero emisiones de carbono para 2050.
  4. Tanzania: la oposición llama a no reconocer el resultado de las elecciones, que apunta a una victoria del oficialismo.
  5. La ONU anuncia un «alto al fuego permanente» en Libia.

QUÉ ESTOY LEYENDO

Me gustó este análisis de Javier Franze a raíz de la ruptura pública de Pablo Casado con Vox en la última moción de censura en España. Por otro lado, ya sé que tengo que dejar de recomendar notas de El País al menos por dos años, pero este perfil de Alvaro Uribe me provocó. 

QUÉ ESTOY SIGUIENDO

La tensión está aumentando en Francia. Tras el asesinato de un profesor que había mostrado caricaturas de Mahoma en clase, Macron anunció un plan de mano dura contra el “islam radical”. La iniciativa, acompañanada por un endurecimiento en su rétorica (esto tiene detrás un cálculo electoral: Júpiter sabe que se juega la presidencia contra Marine Le Pen), ha desatado una reacción de países de mayoría musulmana, especialmente de Turquía. Tanto Erdogan como Macron tienen incentivos para levantar el guante. Hoy hubo un atentado en una iglesia en Niza, Francia, con tres personas asesinadas, una de ellas decapitadas. La cosa ya escaló. 

LO IMPORTANTE

Hoy nos vamos con dos memes sobrios sobre lo que pasó en Chile. 

Tranqui. Bueno, esto fue todo por hoy. Como te digo siempre, gracias por haber llegado hastá acá. 

Nos leemos el jueves.

Un abrazo,

Juan

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Creo mucho en el periodismo y su belleza. Escribo sobre política internacional y otras cosas que me interesan, que suelen ser muchas. Soy politólogo (UBA) y trabajé en tele y radio. Ahora cuento América Latina desde Ciudad de México.