Colombia: madres que buscan justicia

Sus hijos fueron asesinados como "falsos positivos". Montajes del Ejército para fraguar resultados en el combate a la guerrilla. Conversamos con tres de ellas en su visita a la Argentina.

En un café de Congreso, tres de las Madres de Falsos Positivos de Soacha y Bogotá (MAFAPO) se hacen unos minutos para conversar con Cenital. Se las ve cansadas tras una semana en Argentina, donde se reunieron con las Madres de Plaza de Mayo, el Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, entre otras actividades. Además del cansancio de la agenda ocupada en la visita al país, a estas mujeres también se les nota el cansancio de los años de lucha. Sus hijos fueron asesinados por el Ejército colombiano, haciéndolos pasar por guerrilleros que murieron en combate. En algunos casos, la justicia condenó a los culpables, y en otros, algunas madres aún no pudieron ni siquiera recuperar los restos de sus hijos.

A más de diez años de las desapariciones de sus hijos que ocurrieron durante el gobierno de Álvaro Uribe (2002-2010), conocido por su política de mano dura contra la guerrilla, las Madres continúan buscando justicia para esclarecer los hechos. Tras las investigaciones se supo que el asesinato por parte del Ejército tenía como objetivo presentar resultados del supuesto combate a la guerrilla, y en ese afán el Estado mató, según la Fiscalía General, a más de 2200 personas en todo el país, a quienes hicieron pasar como guerrilleros muertos en combate.

Este grupo de Madres llegaron al país con la intención de crear una Comisión que encuentre la verdad sobre la historia de sus hijos muertos y poder tener más recepción en la sociedad colombiana, que a veces se muestra reacia a apoyar la causa, por temor o desconfianza. «A veces es difícil porque hay muchas personas en Colombia que te dicen ‘por algo habrá sido’, pero eso lo pensás hasta que te pasa a vos y es tu hijo», asegura Carmenza Gómez Romero, a quien le asesinaron a su hijo, Víctor Fernando, y luego mataron a su otro hijo, John Nilsen, por estar investigando el crimen de su hermano.

-¿Cómo fue el comienzo de Madres de Soacha?

Ana Páez: Mi hijo Eduardo Garzón Páez desapareció el 4 de marzo de 2008, era un día cualquiera. Comenzó la búsqueda para saber dónde estaba. Buscamos por todos lados. Por la selva, buscamos por si aparecía secuestrado por la guerrilla y cuando finalmente lo encontré el 27 de agosto de 2008 me dijeron que había muerto en combate con el Ejército nacional.

En Cenital nos importa que entiendas. Por eso nos propusimos contar de manera sencilla una realidad compleja. Si te gusta lo que hacemos, ayudanos a seguir. Sumate a nuestro círculo de Mejores amigos.

Llegó la investigación. Un día estábamos en Soacha cuando nos encontramos con las otras madres, no nos conocíamos. Estábamos dando el mismo caso, todo había sido igual. Comenzamos a unirnos, a hacer reuniones, pensamos que teníamos que hacer una denuncia plena, teníamos la tarea de hacer la fundación que hoy se llama MAFAPO pero queremos cambiar ese nombre. Queremos que se llame Colombia Madres de muertes extrajudiciales porque los positivos se usan en el Ejército en la Policía matando civiles, esto era un positivo verdadero porque ellos sí mataron a nuestros hijos, ellos sí los asesinaron entonces no era un falso positivo, son muertes extrajudiciales.

En el proceso judicial de mi hijo fueron condenados 8 militares a 38, 48 y 50 años, pero ya están sueltos porque se acogieron a Jurisdicción Especial para la Paz (JEP). Igual le pudimos decir al mundo entero que mi hijo no era guerrillero, que mi hijo era un muchacho común y corriente, pero no era guerrillero. Tenía 32 años, había sido educado en un colegio militar y estaba terminando derecho.

-¿Se les pasó por la cabeza en algún momento que el Ejército podía estar detrás de las desapariciones de sus hijos?

Ana: Nunca se nos ocurrió. Yo le tenía más miedo a la guerrilla que al Ejército me imaginaba que la guerrilla se lo había llevado para sus filas, pero nunca me imaginé el Ejército que es el que nos cuida. Imagínate cómo iba a pasar por mi mente que el Ejército había hecho eso. Nunca pensé en el Ejército se iba a llevar a nuestros hijos.

-¿Contribuyó en la causa de ustedes el Proceso de Paz firmado en el 2016?

Ana: El acuerdo lo firmaron pero a las víctimas de Estado nunca nos llamaron, nosotros no éramos parte del conflicto, nuestros hijos no tenían armas. Taparon todo eso para hablar del acuerdo de paz, me pregunto ¿Cómo le pudieron dar un galardón tan grande como el Premio Nobel a Santos sabiendo que el país está hecho pedazos, que sigue la guerra, que siguen los falsos positivos, los desaparecidos?

-¿Por qué creen que se llevaron adelante estos casos conocido como «falsos positivos?

Doris Tejada: Como hay muchos países que ayudan a Colombia, él tiene que demostrar que está acabando con los subversivos, con la guerrilla, entonces él tiene que hacer algo y decirle a su ejecutivo que trabajen. Hagan algo para poder subirlos de rango y a raíz de estas desapariciones de todo estos muchachos se los llevan, se los asesina y se los llevan al otro extremo. Hacían fosas porque en Colombia hay muchas fosas, muchísimas, de donde se han sacado los restos.

En mi caso mi hijo Oscar Morales fue asesinado junto con otros dos jóvenes. Está en una fosa común. Once años llevo luchando para lograr que sean encontrado los cuerpos y pidiéndole a Dios. Estamos en Argentina por primera vez para pedirles ayuda para que hagan una comisión que dé fuerza para que sea más visible en Colombia, que se puedan levantar todos los cuerpos que hay allí porque pueden haber como más de 100. Once años y todavía no pude recuperar el cuerpo de mi hijo y sé que está ahí.

Me uní a las madres de Soacha en esta búsqueda cuando vi por la televisión, cómo ellas mismas estaban sacando los cuerpos de la tierra en bolsas negras de polietileno. Se me erizó la piel, y me dije si ellas lo hicieron por qué yo no lo puedo hacer. Me uní a ellas el 23 de julio de 2011 y ahí voy en camino, he logrado sea más visible. En el 2017 se sacó un cuerpo, la Fiscalía pidió la exhumación, en el 2018 se sacó el otro, pero esperaron dos años y medio para este año decirme que de los dos cuerpos ninguno de los 3 son los que estamos buscando.

-¿Cuál fue la postura de Álvaro Uribe en su momento?

Ana: Uribe estaba en el poder. Él dijo con respecto a nuestros hijos ‘el que la hizo la paga’, dijo que era algo individual, que habían sido delincuentes. Al ver los condenados, estos coronales generales han hablado se han echado la culpa y dicen que el más grande pedía litros de sangre querían muertos no vivos. Eso está todo entre ellos.

-¿Cómo se puede calificar la política en materia de derechos humanos en el país?

Doris: Es terrible hay una impunidad enorme, y hacen desastres, siguen sucediéndose los asesinatos y desaparecidos. Muchachos que los hacen pasar como guerrilleros que mueren en combate y allí no pasa nada, el Presidente llama a otro país y le dice allá en Colombia no pasa nada. Pudimos venir a traer nuestras voces porque son muchos los desaparecidos.

Carmenza Gómez Romero: No respetan los derechos humanos porque si los respetaran no hubieran cometido todos estos crímenes que nada que ver tenían en este conflicto, si ellos respetaran los derechos humanos nos respetarían a nosotras que somos las víctimas. En las audiencias han ido a hablar algunos de los militares, hablan cosas que no son ciertas, del uno al otro dice que ‘no me acuerdo’, ‘quizás’. ¿Cómo no se acuerdan que firmaron o para qué? Si firmo un papel tengo que saber para qué es, no iban a firmar así nomás, no concuerdan en lo que dicen.

-¿Consideran que hay una naturalización del crimen porque también se conoce a diario el asesinato de líderes campesinos o incluso de dirigentes políticos?

CR: Han matado a muchos líderes y lideresas que no tienen nada que ver, los matan porque piensan diferente. En Colombia nadie puede pensar diferente porque lo matan. A mí me mataron a mi segundo hijo a los cinco meses de que me mataron a mi otro hijo. Lo mataron por estar investigando la muerte del hermano. Luego las amenazas eran para mí. En Colombia tengo que vivir con un esquema de seguridad porque soy lideresa. Desde la muerte de mi hijo soy perseguida, porque defiendo los derechos humanos y mataron a mi otro hijo por haber denunciado, por haber investigado. Hasta el momento no sabemos quién lo mató, no teníamos enemigos de ninguna clase, y fue de la misma forma que mataron a Víctor. A mí hijo le llamaban y le decían que no metiera las narices donde no le importaba que iba a aparecer como el hermano, hasta que así lo callaron.

-¿Cómo se hace para continuar con ese dolor y también, imagino, con miedo?

CR: A mí me impulsa a seguir en la lucha que no estoy sola. Hay otras compañeras de Soacha, y tenemos que seguir adelante para limpiar el nombre de nuestros hijos que no eran guerrilleras como dijo Uribe cuando era Presidente. Él dijo que eran guerrilleros que habían ido a delinquir, mi hijo no era guerrillero y tengo que gritarlo al mundo, él había hecho el servicio militar, yo quería mucho al Ejército y al ver que el Ejército me arrebató a mis hijos no puedo verlos más.

-¿Cómo califican el gobierno de Iván Duque?

CR: Él es una persona se ha dejado mandar por Uribe, él hace lo que diga Uribe. Es una persona sin experiencia, joven. Así Uribe quiso hacer con Santos, quería manejarlo como quisiera, y cuando Santos se le rebeló fue cuando se convirtieron en enemigos. Espero que el Presidente de ahora despierte y diga ‘yo soy el presidente soy el que mando y lo que yo diga se va a hacer. Apenas tiene un año, a ver si en estos cuatro años se despierta.

-¿Cómo viven el juzgamiento a Uribe en la causa donde se lo acusa de pagar a paramilitares para que brinden falsos testimonios?

CR: Me parece muy bien. Por tantos procesos que él tiene encima nunca la Corte lo llamaran a indagatoria. Él es uno de los culpables de tantas masacres que tuvimos en distintas partes de nuestro país, y el culpable de la muerte de tantos jóvenes de falsos positivos, es decir ejecuciones extrajudiciales.

-¿Hay nuevos casos?

CR: Están volviendo a vivir lo mismo que nosotras en aquel tiempo, con nuestros hijos desaparecidos, la angustia de no saber dónde están, qué pasó. Es muy terrible porque no sabés de ellos, y encontrarlos muertos en una fosa común en manos del Ejército, las personas que deben cuidar a la población civil. Para nosotros fue muy duro.

-¿Consideran que son un ejemplo para otras madres que atraviesan la misma situación?

CR: Somos ejemplo de las nuevas generaciones. No solo las madres de Soacha, también las de Candelaria, de Medellín, de Mampuján, del Salado, por crímenes de Estado también. Hay muchas madres que están constituidas y que también están en la lucha como nosotras.

-¿Cómo fue la visita a la Argentina?

CR: Hemos tenido bastantes actividades en la Argentina, en La Plata y Buenos Aires. Para nosotros fue un placer haber podido salir de nuestro país, estar en un país hermano donde hay tantos hermanos colombianos que nos apoyan. Para mí fue un orgullo. El jueves cuando llegamos hicimos la ronda con las Madres de Plaza de Mayo. A Norita Cortiñas la conocimos en el 2010 cuando ella estuvo allá y nosotras estábamos comenzando, ella nos dijo: ‘Ahora están empezando la lucha y tienen que ser muy fuertes».

Creo mucho en el periodismo y su belleza. Escribo sobre política internacional y otras cosas que me interesan, que suelen ser muchas. Soy politólogo (UBA) y trabajé en tele y radio. Ahora cuento América Latina desde Ciudad de México.

Soy periodista de política internacional. Me interesa lo que pasa en Latinoamérica, Medio Oriente y el Magreb. Hago radio en Nacional AM870 y Futurock. Soy del rojo por herencia familiar y de Colo Colo por amor, voy en bici a todos lados y me malhumoro cuando se me pincha una rueda.