China mete el hocico en Medio Oriente

Viajamos a Serbia. El feminismo revela su componente global en Corea del Sur.

¡Buen día!

Es un placer escribirte en una nueva edición de Mundo Propio, que hoy llega a la número cincuenta. Podría hacer un chiste sobre las crisis de los años redondos –la madurez, los deseos– pero ya los hice antes, así que dejarían de tener gracia. Ya sé lo que estás pensando: nunca tuvieron gracia, Juan. Ok. No tengo mucho para decir esta semana, así que empecemos con el correo de hoy. 

CHINA METE EL HOCICO EN MEDIO ORIENTE

Qué pasó. El sábado, el New York Times reveló que China e Irán ultiman un acuerdo de asociación estratégica que acercaría a ambos países en economía, seguridad y defensa. Según un borrador filtrado –que todavía no fue aprobado ni enviado al Parlamento iraní–, en los próximos 25 años China invertiría 400 mil millones de dólares en los sectores de telecomunicaciones, puertos, ferrocarriles, bancos y otros proyectos. Irán, a cambio, abastecería a Beijing de petróleo. El documento, según consigna el Times, también habla de profundizar la cooperación militar. 

Por qué es importante. De concretarse, sería un golpe a la estrategia estadounidense de “máxima presión” sobre el régimen iraní. Luego de retirarse del acuerdo nuclear, Trump reinstaló –y extendió– las sanciones a Irán, que dañaron notablemente su economía y afectaron su relación con otros socios comerciales como Europa, dado que las sanciones alcanzan a las empresas extranjeras que comercien con el régimen (una suerte similar pueden correr las empresas chinas). Un acuerdo con China sería un salvavidas para Irán. La profundización de la cooperación militar, si bien no se detalla de qué tipo, significa un avance de Beijing en Medio Oriente, un mensaje –y alerta– para todos los jugadores del tablero. 

“Esto es China poniendo un pie en la región”, me dice Ezequiel Kopel, periodista especializado en Medio Oriente, “pero con una estrategia diferente a la de Estados Unidos. A China por ahora no le interesa la presencia militar, mandar soldados, construir una base. Es un juego inteligente”. La nota menciona no obstante ejercicios militares conjuntos, desarrollo de armas y cooperación en materia de inteligencia. 

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Ezequiel me recordó que China ya venía avanzando en la región con inversiones en infraestructura; algunas, como las de Israel, ya habían despertado alarmas en Washington. Pero una asociación de este tipo con Irán, el Gran Otro de la estrategia estadounidense para Medio Oriente, tendría consecuencias más profundas tanto para la región como para la dinámica entre las dos superpotencias, que suman un nuevo frente de disputa. 

El acuerdo todavía debe ser completado y presentado públicamente, aunque ya fue confirmado por ambas partes. Algunas voces críticas han surgido en Irán, señalando que el país corre el riesgo de abrirse demasiado a China. Pero la asociación, según relata la nota, ya fue aprobada en una reunión de gabinete en junio y cuenta con el visto bueno del líder supremo, Alí Jamenei. 

La filtración tuvo lugar en la semana en la que el acuerdo nuclear entre Estados Unidos e Irán, uno de los sellos de la Administración Obama, cumple cinco años. “La naturaleza de la región aborrece el vacío”, me apunta Kopel. “Si vos dejas un vacío va a haber otro que lo va a ocupar”. 

El axioma, que no le pertenece a Medio Oriente, ya empieza a sonar repetitivo.

QUÉ ESTÁ PASANDO EN SERBIA

El martes tuve una larga conversación con Tomás D’Amico, un periodista argentino varado en Serbia. Tomás llegó a los Balcanes en enero, con una ONG que ayuda a refugiados; estuvo en Bosnia, fue deportado y llegó a Serbia, donde recibió el desembarque del coronavirus. Ahora se encuentra en Belgrado, la capital, en un departamento frente al Ministerio de Defensa, uno de los edificios bombardeados por la OTAN en 1999, cuando Serbia se llamaba Yugoslavia y peleaba una guerra en Kosovo. Los fósiles de la intervención, me cuenta Tomás, son una de las principales atracciones turísticas de Belgrado. 

Al parecer tiene con qué entretenerse. La semana pasada, el Presidente, Aleksandar Vučić, anunció en conferencia de prensa que el país iba a dar marcha atrás con el desconfinamiento, que bares y restaurantes volverían a cerrar y podría regresar el toque de queda. Ni bien terminó el anuncio, decenas de miles de serbios se aglutinaron frente al Parlamento para protestar. Se picó. Las primeras dos noches hubo destrozos, represión y escenas de brutalidad policial, que dejaron cientos de detenidos. Desde ese entonces, todos los días hay protestas frente al Parlamento. 

La protesta es un crisol de sectores y demandas. Hay familias, jóvenes universitarios, partidos de la oposición (casi todo el arco político es de derecha) y grupos nacionalistas y de ultraderecha. Protestan por la deficiente gestión pública ante el coronavirus, por la decisión de llevar adelante elecciones parlamentarias en pleno pico de casos y por los modos autoritarios del Presidente, que responsabiliza a la sociedad por el contagio cada vez que puede. También hay gritos de hartazgo hacia la política tradicional y hasta pedidos por la recuperación de Kosovo. Vučić es del Partido Progresista Serbio, pero las siglas confunden: gobierna como un presidente de centroderecha, con ínfulas autocráticas; es aliado del Partido Socialista, otra fuerza que de socialista solo tiene el nombre.

Tomás me cuenta que el gobierno dio varios volantazos en la gestión del coronavirus. Primero, cuando el virus asomó en Europa, lo negó: uno de los médicos asesores del gobierno se preguntó cómo puede ser que los serbios, con su orgullo guerrero, le tengan miedo a un virus exagerado por las redes sociales. Después, en marzo, cuando llegaron los primeros contagios, el gobierno endureció la narrativa, aplicó toque de queda, cerró comercios y canceló el transporte; también, claro, negó haber subestimado el virus. 

Pero a mediados de abril, en pleno pico de contagios, el gobierno decidió, súbitamente, el desconfinamiento: comercios y fronteras volvieron a abrir, al calor de lo peor ya pasó. Es que el gobierno, dice Tomás, estaba pensando en las elecciones parlamentarias pospuestas para junio, que se realizaron a pesar de las advertencias de la oposición de que las condiciones no estaban dadas. El oficialismo ganó con más del 60% de los votos; segundo salieron sus aliados, con el 10% de los votos; y atrás quedaron partidos minoritarios. La oposición, nucleada en la Alianza por Serbia, no participó de las elecciones en señal de boicot. Votó poco menos del 50% del padrón. Un día después, se publicó una investigación que acusaba al gobierno de haber ocultado las cifras de contagios y muertes. Por eso, cuando Vučić anunció la semana pasada el regreso del confinamiento, la bronca estalló. El gobierno tuvo que dar marcha atrás. 

Todo este candombe llega en un momento sensible para Serbia, que se encuentra en negociaciones para entrar a la Unión Europea. Vučić quiere ser el presidente que consiga la adhesión, el pasaporte a la prosperidad europea. Bruselas, que ya tiene colmado el coro de las autocracias con Polonia y Hungría, ha ralentizado las negociaciones. El escollo principal –oficial– es el conflicto abierto que Serbia mantiene con Kosovo, declarada República desde 2008 pero que todavía no es reconocida oficialmente por Belgrado (ni por China, Rusia o España, entre otras). Ambas partes han vuelto a dialogar, tras una década de estancamiento. La Unión Europea y Estados Unidos patrocinan el diálogo. 

De hecho, los presidentes de Kosovo y Serbia tenían agendada una primera reunión presencial en Washington para el 27 de junio, una semana después de las elecciones. Pero los infortunios también son parte de la agenda internacional. El 24, tres días antes de la reunión, un telegrama llegó desde la Corte de la Haya, más precisamente del Tribunal Especial para Kosovo. Hashim Thaçi, presidente kosovar, fue acusado formalmente de crímenes de guerra y lesa humanidad. Thaçi, uno de los fundadores del extinto Ejército de Liberación de Kosovo, se vio obligado a cancelar la reunión. La posta la tomó Avdullah Hoti, el Primer Ministro.

La reunión entre Vučić y Hoti, finalmente, se celebrará hoy, en Bruselas. Dos décadas después de la guerra y una desde la declaración de independencia, las cosas se están moviendo. 

En este enlace podés seguir el varaje activo de Tomás en Serbia.

A propósito de conflictos históricos. El domingo, un enfrentamiento en la frontera entre Armenia y Azerbaiyán dejó un saldo de al menos 16 muertos, el más grave desde 2016. Ambas partes se disputan la región de Nagorno-Karabaj, un conflicto territorial activado con la disolución de la Unión Soviética. Rusia, con intereses en ambos países, está intentando mediar. Si querés saber más de este conflicto, este hilo de Fer Duclos (a.k.a Periodistán) ayuda.

COREA DEL SUR BAJO EL LENTE DEL #METOO

El jueves a la mañana, el alcalde de Seúl, Park Won-soon, salió de su casa y no volvió más. Había liberado su agenda y apagado el celular. A las horas, su hija denunció la desaparición ante la polícia. Cerca de la medianoche fue encontrado muerto. La policía dijo que no había indicios para pensar en un asesinato; luego se conoció que había dejado una carta de despedida. Nadie duda de que fue un suicidio. El miércoles, el día anterior a la muerte, una secretaria lo había denunciado por varios incidentes de acoso sexual ante la polícia. 

Park pertenecía al Partido Demócrata de Corea, de corte socialdemócrata, hoy en el poder, y sonaba como un posible sucesor del presidente Moon Jae-in. Era un alcalde popular: gobernaba la capital surcoreana desde 2011, después de ganar tres elecciones al hilo. La denuncia de acoso sexual de su secretaria horas previas al aparente suicidio despertó un debate sobre el machismo en las altas esferas del poder y la presencia del movimiento #MeToo en el país. 

“Me sentí indefensa y débil ante el inmenso poder”, dijo la secretaria sobre los incidentes de abuso, y advirtió que otras mujeres también fueron víctimas. Contó también que recibió agresiones en las redes sociales, donde la acusaron de ser responsable de la muerte del alcalde. La causa, que había sido cerrada en la justicia con la muerte del alcalde, fue reabierta por el Ejecutivo. 

El feminismo en Corea del Sur

Todo esto me pareció una buena excusa para conversar con María del Pilar Álvarez, investigadora del Conicet y especialista en política contemporánea coreana. 

“Lo que demuestra este caso, el más emblemático hasta el momento por el desenlace y por tratarse de una persona con un cargo muy alto, es cómo el feminismo en Corea del Sur le está marcando los márgenes de acción a la política, al igual que en el ámbito empresarial y el educativo. Es una gran victoria cultural en un país en el que hace quince o veinte años nadie denunciaba ni siquiera una violación por temor a la estigmatización social”, me dijo. 

María del Pilar me contó que los movimientos de mujeres tienen una larga trayectoria en el país, pero que en la última década ha cobrado fuerza una nueva ola que es distinta a las conformadas en periodos anteriores como la transición democrática. “Es una ola más alineada a los movimientos transnacionales”, aclara, y destaca el impacto del #MeToo, que logró remover del cargo a varios profesores universitarios acusados de acoso sexual, y los movimientos LGBTIQ, que activaron una debate sobre el matrimonio igualitario en un país en el que está prohibido. “Hay una nueva generación que refleja un enorme cambio cultural. En el caso coreano se trata de un cambio abrupto, que se da en mucho menos tiempo que en otros países del mundo”, me explicó. 

Le pregunté si el caso podía desestabilizar al partido de gobierno, donde se expuso el quiebre generacional entre las bases y sus líderes, algunos de los cuales salieron a defender al alcalde. 

“Me parece exagerado”, me respondió. “Al gobierno le está yendo mucho mejor que al anterior, y a pesar de la pandemia ha mantenido su eje en una política redistributiva. El Estado está tratando de generar empleo, hay subsidios para los sectores afectados y ha aumentado el mínimo salarial. No me parece que el acontecimiento vaya a tapar tampoco el compromiso del presidente con los derechos de las mujeres, que ha sido importante”. Y me aclaró también que el partido solo puede ser considerado progresista comparándolo con el resto del espectro político surcoreano, que está corrido a la derecha. “Es un presidente católico, que se opone a la ley de matrimonio igualitario”.

Dos recomendaciones de lectura sobre feminismo surcoreano, por Maria del Pilar: las novelas Kim Ji-young, nacida en 1982 y La vegetariana.

DE JIRAFA ELECTORAL

Te quiero contar sobre dos elecciones de esta semana. 

Polonia: la ultraderecha gana por la mínima 

En la segunda vuelta electoral, el presidente Andrzej Duda, aliado de la ultraderecha, revalidó su mandato con el 51,2%, contra Rafal Trzaskowski, de la centroderecha, que sacó el 48,8% de los votos. El resultado le da sobrevida a la ultraderecha polaca, que seguirá contando con un aliado en la presidencia, además de controlar el Parlamento. La polarización es cada vez más profunda y evidente: la ultraderecha vive en zonas rurales y poblaciones avejentadas; la oposición, en ciudades y en menores de 50. Hay esperanzas para la oposición, pero deberán esperar.

España: viva el regionalismo

El domingo se votó en las regiones de Galicia y el País Vasco; en ambos casos vencieron los oficialismos. En Galicia revalidó mandato Alberto Núñez Feijóo, del Partido Popular, pero que mantiene distancia con el liderazgo central del partido. La izquierda nacionalista, anclada en el Bloque Nacionalista Galego (BNG), quedó en segundo lugar, triplicando resultados y comiéndose a Podemos, que perdió los 19 escaños que controlaba y se queda fuera del Parlamento regional. En tercer lugar quedó el PSOE, que mantiene el mismo peso electoral. 

En el País Vasco, el Partido Nacionalista Vasco (PNV) tuvo su mejor perfomance desde 1984 y confirma su liderazgo regional; le siguen EH bildu, la izquierda nacionalista, que gana escaños; PSOE, que suma un escaño y sigue como socio menor de la coalición regional; atrás quedan Podemos y la alianza entre el PP-Ciudadanos, ambos con perdidas de escaños. 

Dos lecciones rápidas: el lente regional es cada vez más importante para mirar a la política española y estas elecciones, donde las fuerzas nacionalistas locales sacan pecho, lo demuestran; Podemos, hoy socio menor de la coalición del gobierno nacional, profundiza su problema territorial.

Además: Singapur: el oficialismo vuelve a arrasar en las elecciones, pero con mejora de la oposición.

PICADITO

  1. Aumentan las tensiones entre Estados Unidos y China en el Pacífico.
  2. Perú: Vizcarra renueva la mitad de su gabinete.
  3. Turquía: Erdogan convierte a Santa Sofía en mezquita; llueven críticas desde Europa.
  4. Muere el Primer Ministro de Costa de Marfil; el Presidente se queda sin delfín.
  5. México reconoce 73 mil desaparecidos.

QUÉ ESTOY SIGUIENDO

Se está moviendo Chile. Ayer, Sebastian Piñera sufrió una derrota histórica en Diputados, que aprobó el retiro del 10% de los fondos de las AFP, el sistema privado de pensiones, para hacer frente a la crisis económica y social. Piñera había intentado tumbar la iniciativa por todos los medios; en las horas previas a la votación se reactivaron las movilizaciones para alertar sobre el impacto social de un rechazo en la cámara baja. 

Esta reforma, que ahora pasa al Senado, puede ser el inicio del fin para el sistema heredado del pinochetismo, una de las demandas más claras en la revuelta de protestas del año pasado. También profundiza la crisis dentro de la derecha chilena, que se rebeló contra Piñera. 

QUÉ ESTOY LEYENDO

Me gusta mucho todo lo que escribe Carlos Manuel Álvarez, un escritor y periodista cubano que vive en México. En esta nota apunta con el crimen de Hansel Hernández, un caso de brutalidad policial y racismo en Cuba.

LO IMPORTANTE

Esta semana se conmemoró un nuevo aniversario de la Toma de la Bastilla. Tomi y Juanma recomendaron dos buenos libros sobre la Revolución francesa y yo, bueno, yo te comparto uno de mis memes preferidos sobre el tema.

La semana pasada me mandaron uno que viene muy bien para todo lo que estuvimos charlando en los últimos correos. Mirá:

Ah, finalmente Reino Unido confirmó el veto a Huawei en 5G. Ni lo quise mencionar porque fue algo que advertimos y analizamos la semana pasada. No quiero decir que te lo dije porque suena poco elegante, canchero, banal. Pero te lo dije

Solo me quería sentir #OffTheRecord por un momento. Creo que no lo voy a hacer más.

Bueno, hasta acá estamos por hoy.

Nos leemos el jueves.

Un abrazo,

Juan

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Creo mucho en el periodismo y su belleza. Escribo sobre política internacional y otras cosas que me interesan, que suelen ser muchas. Soy politólogo (UBA) y trabajé en tele y radio. Ahora cuento América Latina desde Ciudad de México.