Bolsonaro esconde la mano

El Presidente de Brasil despliega la mayor amenaza golpista desde su llegada al poder; un viejo zorro sale al rescate. Bukele tradea cripto. Noticias sobre tres nuevos gobiernos.

¡Buen día!

Espero que esta semana te encuentre bien. La buena noticia es que se terminó la campaña de las PASO 2021, el año en que normalizamos la palabra cringe. La mala es que todavía quedan las generales. 

Pero como este es un newsletter de internacionales al que cada tanto le gusta bajar línea, debo decirte que hay muchos motivos para sentir orgullo de nuestras elecciones, y no solo porque suceden. Me refiero a que en otros países el clima está, cómo decirlo, un poco más enrarecido. O, si no, fijate lo que pasó en las municipales de San Petersburgo, Rusia, donde van a competir tres candidatos que se llaman igual y se parecen bastante físicamente. Boris Vishnevsky, a.k.a el verdadero Vishnevsky, del partido liberal Yabloko, denuncia que otros dos candidatos se cambiaron el nombre y el look para confundir a los votantes y dividir el voto. 

Y tampoco es que hay que irse tan lejos. 

BOLSONARO ESCONDE LA MANO

El martes, Bolsonaro desplegó la mayor amenaza golpista desde su llegada al poder. Con una convocatoria diseñada –y financiada– para la ocasión, el Presidente amenazó al Tribunal Supremo Electoral, pidió por la suspensión de su miembro más temido, Alexandre de Moraes, y avisó que iba a dejar de someterse a sus decisiones. Una vez más, reveló su proyecto autoritario: “Solo Dios me sacará de Brasilia”. 

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Dos días después, reculó. En un gesto inédito para su presidencia, Bolsonaro difundió una carta en la que justifica su accionar del martes (“Me dejé llevar por el calor del momento”) y manifiesta su “respeto a las instituciones” y a la división de poderes. “En la vida pública, las personas que ejercen el poder no tienen derecho a tirar de la cuerda al punto de perjudicar la vida de los brasileños y la economía”, se lee en la carta.

La declaración de retirada contó con un particular ghostwriter: el ex presidente Michel Temer, al que Bolsonaro hizo traer con un avión a Brasilia y que se ocupó de mediar para que el presidente conversara por teléfono con el juez de Moraes. Co-participe de la trama de destitución a Dilma que explica al menos una parte de lo que vive Brasil hoy, rígido e impopular gobernante, es importante saber que Temer cuida algunas formas: según cuenta la prensa local, tuvo que forzar las declaraciones para que se parezcan a las de Bolsonaro. Al parecer, en Brasil se puede joder con la democracia pero no con el gremio de los ghostwriters. Como dice Guido: mal, pero no tan mal. 

Temer es del partido MDB, uno de los accionistas principales del Centrão, el grupo de partidos que a cambio de caja y cargos sostiene al presidente, y todavía mantiene interlocución con la élite económica. Un día después de la carta, dijo en la tele que lo del martes “es cosa del pasado”. Su incorporación a la estrategia de distensión de Bolsonaro pone la lupa sobre una preocupación fundada: que el martes se hayan roto puentes significativos del bolsonarismo con los satélites del poder. 

Veamos:

  • Un día después de la marcha, camioneros en 15 estados cortaron rutas en señal de apoyo a Bolsonaro, que tuvo que pedir la retirada (en 2018, todavía candidato, había apoyado un movimiento similar). La maniobra aumentó el pánico en el empresariado, que ya padece la realidad de un país en crisis hídrica y fiebre inflacionaria. El mismo martes, varios de ellos salieron a filtrar que esperaban una fuerte reacción del Congreso y el Supremo Tribunal a las amenazas del Presidente. La radicalización es mala para los negocios (una constante de todo su mandato).
  • El PSDB, el partido tradicional de la centroderecha brasileña, ahora se muestra abierto a un proceso de impeachment por primera vez en la era Bolsonaro. El PSD, otra figurita importante de ese campo, podría apoyarlo. El martes, otros partidos chicos aliados del presidente –como Solidaridad, el MDB de Temer, o el ultraconservador Republicanos– también filtraron su disposición a considerar el impeachment. En el barco se encuentran, entre otros, el vicepresidente de la cámara de diputados. Fue la primera amenaza significativa de un posible quiebre del Centrao. 
  • Lejos de echarse para atrás, el Tribunal Supremo Federal respondió a la marcha oficialista con un mensaje contundente: el presidente del órgano, Luiz Fux, avisó que “nadie cerrará esta Corte” y que el desacato a las decisiones judiciales constituyen un “crimen de responsabilidad”, una causal para el impeachment.

¿Y entonces? 

La pregunta más importante para los próximos días es si la reacción de Bolsonaro conciliada con una parte de la élite –y con el propio De Moraes, el juez que lleva adelante las causas que amenazan a todo el entorno presidencial– va a ser suficiente para contener la reacción a la amenaza golpista del martes. En líneas generales el cambio de tono fue bien recibido por el establishment. Por otro lado, la falta de unidad que se registró en las protestas de ayer contra el presidente no ayuda a generar presión desde la oposición. 

Pero si bien Bolsonaro puede ensayar una respuesta pacificadora, tanto él como sus seguidores están dispuestos al caos. Después del martes parece difícil creer que el presidente se va a alejar de la tentación autoritaria, sobre todo ante unas elecciones donde los pronósticos le juegan en contra. 

En el mejor de los casos, es decir, si Bolsonaro no encuentra eco en los militares o en otras fuerzas de seguridad, Brasil se encamina a una crisis institucional que debería afectar la estrategia del Partido de los Trabajadores, hoy enfocada en ensanchar el frente electoral para plasmar la ventaja de las encuestas en una victoria en las urnas. El propio Lula lo reconoce en su narrativa: son tiempos extraordinarios. 

Esta semana tuve una rica charla con Marco Bastos, un analista y consultor político brasileño, que me ayudó a complementar mi lectura sobre lo ocurrido. Me quedaron tres cosas boyando.

1) El sistema de élites en Brasil

Para Marco, los últimos movimientos son la demostración de la vigencia del sistema de élites brasilero, cuya traducción política es el Centrao, “un armado cuya única ideología es la ideología del poder. Ellos la ejercen ofreciendo apoyo legislativo al presidente, un escudo contra el impeachment. A cambio, piden participación en el presupuesto federal. Y con esos fondos públicos refuerzan su maquinaria política”. Pero no se trata de un bloque homogéneo, y el regreso de Temer a la primera plana puede ser una apuesta para mejorar la posición de su partido –el MDB, que perdió terreno luego de las elecciones del 2018– frente a Progresistas, el partido que integran Arthur Lira, el presidente de la Cámara de Diputados y quien tiene la llave para abrir el impeachment, y Ciro Nogueira, un peso pesado. 

Con respecto a los empresarios, Marco reconoce que lo del martes terminó de quemar puentes con una parte de la oligarquía, sobre todo los grandes directivos. “Pero las grandes cámaras empresariales y comerciales, como la Federación de Industrias de San Pablo, siguen apoyando a Bolsonaro”. En el interior rural, el apoyo del agro es aún más patente.

2) El Congreso

Ese apoyo, sumado a la capilaridad y extensión que tienen los partidos del Centrão –sobre todo el MDP y Progresistas, herederos del sistema de partidos artificial de la dictadura–, explica, según Marco, por qué Bolsonaro sigue contando con un escudo para el impeachment.

“El voto del agro está sobrerrepresentado en el Congreso”, me explica. “Entonces tenés alrededor de 200 diputados que son electos por votantes a los que les gusta Bolsonaro, y que los hace pensar dos veces antes de apoyar un impeachment”. 

3) Los militares

Es muy difícil saber realmente qué ocurre dentro del mundo militar. Mi amiga Sonia, una académica especializada en estudios de género, me lo explica así: “Los militares eran super estudiados en los 70 y 80. Pero desde los 90 para acá, con la recuperación de la democracia, dejaron de ser un campo de interés para la academia, porque se pensó que estaban pacificados. Así que la verdad es que tenemos un punto ciego. Por lo demás, tenemos una gama de posiciones dentro de las Fuerzas, desde militares comprometidos con el proyecto de Bolsonaro y otros que quieren preservar distancia”.

A una idea similar arriba uno cuando lee “¿Quién gobierna Brasil?”, el libro que escribió el periodista Augusto Taglioni y que dedica un capítulo al vínculo entre el bolsonarismo y los militares. Allí aparece un dato singular: “El número de militares ocupando cargos civiles en el Gobierno se duplicó desde que Bolsonaro asumió como presidente, al saltar desde 2.765 en 2018 hasta 6.157 en 2020”. También ocupan casi la mitad de los cargos en el gabinete y ganaron importantes beneficios en materia de seguridad social.

Marco aventura una respuesta: “Si bien hay pujas internas, no creo que estén dispuestos a ir a un golpe con Bolsonaro, sobre todo porque no tienen motivos. Ellos ya ganaron mucho en estos años. Después de alejarse con la recuperación de la democracia, los militares volvieron al juego de poder. Creo que hoy la apuesta pasa por negociar su permanencia en el juego con el sucesor de Bolsonaro. No creo que apoyen un golpe, pero definitivamente van a querer quedarse”. 

Acá es importante mirar no solo a las Fuerzas Armadas sino también a la Polícia Militar, que cuenta con un alto contingente de simpatizantes bolsonaristas dentro de las filas. Si bien los gobernadores, el poder al que responde esta fuerza, tuvieron éxito en evitar que los efectivos marchen uniformados el martes, su rol en cualquier nueva maniobra autoritaria de Bolsonaro debe ser seguida de cerca.

Que los eventos del martes no hayan transformado significativamente el escenario político en Brasil es revelador. Un poco tiene sentido, porque Bolsonaro está haciendo lo que dijo que iba a hacer cuando llegó al poder. Pero como bien sintetiza el analista Fernando Barros, el resumen del martes “es que lo que pasó fue inaceptable, pero lo aceptaremos”.

BUKELE ESTRENA EL BITCOIN EN EL SALVADOR

El martes pasado, El Salvador se convirtió en el primer país del mundo en aceptar el bitcoin como moneda legal. Según el presidente Nayib Bukele, que hizo aprobar la ley de manera exprés en julio, el proyecto está inspirado en la experiencia de El Zonte, un pueblito del país caribeño donde el bitcoin corre hace dos años. 

El uso de la criptomoneda a nivel nacional será a través de la billetera virtual llamada Chivo (sinónimo de “chévere” o “copado”), en la que el gobierno depositó un incentivo de 3o dólares para quienes se la descarguen. Si bien el uso es opcional, la ley indica que “todo agente económico” deberá aceptarla como medio de pago. El debut fue catastrófico: el precio del bitcoin cayó hasta un 17% (luego se recuperó y cerró en 10%) y hubo varias caídas del sistema. 

Por qué es importante. Al ser el primer país en adoptarla como moneda de curso legal, El Salvador se convertirá en un laboratorio, y sus resultados van a incidir en la discusión global sobre si los Bancos Centrales deben regularizar las criptomonedas en general y el bitcoin en particular. 

Los defensores de la medida de Bukele dicen que puede promover la inclusión financiera y beneficiar económicamente a los ciudadanos, sobre todo aquellos que reciben remesas de Estados Unidos (que representan alrededor del 20% PBI del país). Los críticos sostienen que la adopción va a generar inestabilidad macroeconómica y problemas fiscales, además de alentar el lavado de activos. Otros argumentan que Bukele busca desviar la atención de su proyecto autoritario, que tuvo dos hitos recientes: la Sala de lo Constitucional –a la que Bukele reconstruyó en mayo– dio luz verde a su reelección; unos días después el presidente jubiló a un tercio de los jueces del país.

Lee también

DESPUÉS DE LA TORMENTA

Afganistán: los talibanes presentan un gabinete provisional

Desde el martes, el país tiene un nuevo gobierno de transición. 

La composición. Lejos de las promesas de un gabinete inclusivo, los talibanes eligieron figuras propias, todos hombres, mayoritariamente pastunes –el grupo étnico que predomina en el país y entre el flamante oficialismo– y con un ministro de Interior buscado por el FBI, entre otras de la llamada ala dura del grupo. Una de las excepciones es el ministro de Exteriores, negociador del acuerdo con EEUU. El armado contará con el Ministerio de Propagación de la Virtud y Prevención del Vicio, protagonista del régimen talibán anterior. Se desconoce cuánto va a durar el nuevo gobierno, aunque los talibanes hablan de una “segunda etapa” donde habrá mujeres. Ayer anunciaron nuevas reglas para la educación universitaria: podrán seguir yendo, pero segregadas. 

Entrelíneas. En un país donde el 40% del PBI corresponde a ayuda extranjera –detenida abruptamente con la toma de Kabul–, el verdadero desafío para el grupo comienza ahora. La prioridad ya no es la guerra sino la gestión.

Guinea: con respaldo de la oposición, la junta militar prepara un gobierno de unidad

El golpe que depuso al presidente Alpha Conde la semana pasada aparece consumado. El lunes, el principal partido de oposición, La Alianza Nacional para la Alternancia Democrática (sic), respaldó la maniobra militar y se mostró abierto a integrar un gobierno de transición. Mamady Doumbouya, el líder de la junta que tomó el poder, anunció un gobierno de unidad del que se conocen pocos detalles. Una de las claves para obtener el apoyo opositor fue la liberación de decenas de presos políticos encarcelados durante el gobierno depuesto. 

El frente externo.  Naciones Unidas, la Unión Europea, Francia –país del que se independizó Guinea en 1958– y la Unión Africana siguen pidiendo por una transición democrática y la liberación de Conde. El miércoles, la Comisión Económica de Estados de África Occidental suspendió a Guinea del bloque, lo que supone el primer castigo económico tras el golpe. Lo mismo hizo la Unión Africana.

Qué hay que seguir. A la espera de la presentación del gobierno de unidad, las promesas de Doumbouya de que va a mantener las obligaciones económicas y comerciales pueden encontrar buen puerto en actores externos: Guinea es líder en la exportación de bauxita, la materia prima clave para la producción de aluminio, cuyo precio se disparó tras el golpe. China, principal cliente e inversor, es apenas uno de los varios interesados en que la situación se termine de estabilizar. 

Myanmar: el gobierno en las sombras anuncia una guerra 

El martes, el Gobierno de Unidad Nacional, una suerte de gabinete en las sombras que agrupa a ex legisladores, miembros del gobierno depuesto en febrero de este año y activistas diversos, llamó a una insurrección popular contra la junta militar. El plan incluye la formación de guerrillas y milicias para atacar a las Fuerzas Armadas, que por ahora respondieron aumentando la presencia en las calles. 

Por qué es importante. Desde febrero, la junta militar se mostró implacable ante cualquier señal de resistencia. Más de 1000 personas fueron asesinadas y 6000 detenidas. El anuncio del levantamiento civil puede convertirse en un baño de sangre.

Un datito: ya tuvimos 5 golpes de estado en lo que va del año (Myanmar, Mali, Túnez, Afganistán, Guinea). En Armenia y Haití, donde asesinaron al presidente, hubo intentos fallidos. Una tendencia en aumento si tomamos los últimos años, pero lejos de los años de guerra fría.

PICADITO

  1. La Corte Suprema de México despenaliza el aborto.
  2. Noruega vota en unas elecciones marcadas por el futuro del petróleo.
  3. La extradición del empresario madurista Alex Saab a EEUU abre un conflicto geopolítico en el que se mete Rusia.
  4. Túnez: tras el autogolpe, el presidente ahora quiere reformar la constitución.
  5. Xi y Biden vuelven a llamarse después de unos meses ásperos.

COSITAS✨

  • Este dossier de Panamá Revista sobre el aniversario del 11-S es imperdible.
  • Más aniversarios: La batalla de Chile, un documental de Patricio Guzmán para recordar a Salvador Allende. Acá la primera parte.
  • El sábado también murió Abimael Guzmán, fundador de la guerrilla Sendero Luminoso y un pedazo de la historia reciente de Perú. Buen momento para leer La cuarta espada, el libro de Santiago Roncagliolo.
  • La muerte de Michael K Williams, el actor que interpreta a Omar Little en The Wire (si no la viste, te pido por favor que lo hagas; sí, está en Stremio), me hizo volver a entrar en el mundo David Simon, su creador. En esta entrevista cuenta cómo el punto de partida para la serie fue su experiencia como periodista en Baltimore, donde pasó décadas conociendo y escuchando gente de distintos ámbitos. “Una de las mejores cosas que me pasaron fue que nunca me ascendieron”, dice. Un genio hermoso.

Bueno, hasta acá llegamos por hoy. Espero que esta semana te sea leve. Para mí, la clave es encontrar motivos para sonreír. Acá va uno que sirve para todo el mes: el papá de Britney solicitó el fin de su tutela y falta poquito para que sea totalmente libre.

Mundo Propio celebra la medida y no ve la hora de que la batalla legal termine. Y un mensaje para el papá de Britney: este newsletter perdona, pero nunca olvida. 

Nos leemos el lunes.

Un abrazo,

Juan

Creo mucho en el periodismo y su belleza. Escribo sobre política internacional y otras cosas que me interesan, que suelen ser muchas. Soy politólogo (UBA) y trabajé en tele y radio. Ahora cuento América Latina desde Ciudad de México.