Alberto en las redes: ¿qué impacto tiene?

Cenital consultó con especialistas en comunicación política sobre el manejo del Twitter del presidente electo, que este miércoles sorprendió con un intercambio con sus seguidores.

Este miércoles el presidente electo, Alberto Fernández, fue tendencia en Twitter tras haber protagonizado un intercambio, en tono relajado, con sus seguidores de esa red social, donde saludó, respondió preguntas, aconsejó y bromeó.

Minutos después de las 23, Fernández citó un tuit del usuario Alan Paul Casas, que había publicado: «¡Me recibí!, soy sociólogo. Lo cuento porque me muero si me saluda Julia Strada, o Leandro Santoro, o bueno, ya Alberto Fernández sería una locura».

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El mensaje se viralizó y generó que miles de usuarios también le escribieran esperando que los saludara. Fue tal la sorpresa que se generó en Twitter que Fernández contestó más de 40 tuits hasta pasada la 1 de la madrugada del jueves.

El presidente electo, un activo usuario de esa red social desde hace años, negó que su cuenta estuviera a cargo de un asesor o community manager. Esto fue confirmado por su equipo de comunicación, desde el que le confiaron a Cenital que el dirigente manifestó en reiteradas oportunidades que extrañaba interactuar con sus seguidores. De esta manera, descartaron que haya habido una planificación detrás de su interacción en Twitter

Cenital consultó a especialistas en comunicación política para analizar el manejo de las redes de Alberto Fernández y evaluar qué impacto tiene.

El autor del libro «Big data y política», Luciano Galup, considera que «lo de ayer por este miércoles estuvo bien, que fue bueno, es novedoso, es riesgoso porque corrés el riesgo de exponerte o sobreexponerte».

«Me parece que está bien, con reservas fundamentalmente la de los tiempos. No se puede hacer todo el tiempo, no podés quedar como que estás perdiendo el tiempo en redes pero hacerlo cada tanto me parece que da una imagen de cercanía, de humildad, de cierta humanidad que potencia», agrega Galup.

En este mismo sentido opina el consultor político y especialista en medios y marketing electoral, Javier Correa: «Estos valores de cercanía, espontaneidad y verdad, en tanto y en cuanto el propio presidente electo responde, entran en riesgo cuando la exacerbación de esta gestualidad elimina justamente la espontaneidad. Se pierde la espontaneidad cuando se sobreactúa la espontaneidad y pasa lo mismo con la cercanía cuando esta es solo un gesto y no hay una práctica real». Así, advierte que «el riesgo es caer en la exacerbación del antimarketing y que eso sea un nuevo exceso de marketing».

«Habría que ver con el paso del tiempo si esto responde a una estrategia o solo es un hecho comunicacional anecdótico», sostiene Correa, quien remarca que «la idea de gobernante cercano es un valor para la política, como así también la ausencia de modos artificiales en la construcción del discurso público».

Otro de los riesgos que marca el consultor político es que «hasta el 10 de diciembre lo que es un valor, puede transformarse en un disvalor luego de esa fecha» porque «la responsabilidad del cargo y el contexto económico en el que se desarrolla son determinantes a la hora de analizar la eficacia de la comunicación».

Según la socióloga, magíster en Comunicación Política y directora del proyecto Pulsar de la Universidad de Buenos Aires, Daniela Barbieri, «existe una clara diferenciación con la etapa cambiemita, en donde la comunicación presidencial siempre estuvo operada a través de un CM y las respuestas pre producidas. La autenticidad y comunicar recuperando la iniciativa política vienen caracterizando a la identidad del próximo presidente».

«Estas instancias de contacto con la ciudadanía a través de las redes, si bien no pueden sostenerse permanentemente, son positivas y demuestran que se comprende la narrativa de ese canal de comunicación», enfatiza Barbieri.

Los especialistas en esta materia diferencian el uso entre Alberto Fernández y el actual presidente Mauricio Macri. Correa plantea que «la cercanía y espontaneidad pero sin artificios comunicacionales se contrapone al branding macrista, marcar esa diferencia siempre es importante el nuevo oficialismo».

«La cuenta de Alberto durante toda la campaña interactuó bastante, respondió, discutió con funcionarios del gobierno nacional, le respondió a Macri. Fue una cuenta bastante interactiva, a diferencia de la de Macri», recuerda Galup.

Además, explica que «lo que hay que evaluar a la hora de pensar cómo utiliza la política las redes sociales es compararla con cómo la utilizan los usuarios y, en líneas generales se ve mucha distancia: la política solo habla y los ciudadanos interactúan, construyen comunidad» de modo que la participación de Fernández en Twitter «iba en ese sentido, usar las redes como se usan para cualquier ciudadano».

«Es común observar en el uso de las redes sociales de políticos y candidatos a estos canales como meras plataformas para emitir mensajes, con una lógica más de la publicidad o medios de comunicación tradicionales, pero sin generar interacción. En estas formas de uso hay mucha distancia con las formas de un ciudadano o ciudadana común, que no usa las redes solo para hablar sino que desde las redes conversa, conoce gente, genera vínculos, intercambia emociones», complementa Barbieri.

En relación al impacto de este tipo de estrategia de comunicación política, Galup considera que «ese tipo de respuestas en principio no son sólo para los propios, es una forma de abrir hacia cierto rango intermedio o hacia ciertas posiciones no definidas en sociedades muy polarizadas».

El autor del libro «Big data y política califica al uso de las redes por parte de Alberto Fernández como una «estrategia interesante» porque «todo esto sucede en Twitter, que es un mundo más bien pequeño y si eso no sale de la red y se escala queda reducido a los usuarios de esa red que suelen ser usuarios sobreinformados, con opiniones ya tomadas. Y lo de ayer salió de la red, se hicieron notas periodísticas, escaló».

¿Qué otros presidentes hacen un uso similar de las redes?

«Trump previo a ser presidente tenía muchísima interacción en sus redes y hoy mantiene un uso muy descontracturado de las mismas, incluso siendo jefe de Estado compartiendo memes, haciendo chistes, involucrándose en posicionamientos políticos desde sus cuentas», menciona la socióloga y magíster en Comunicación Política. Además, destaca al presidente de El Salvador, Nayib Bukele, que «hace un uso intenso y personalizado de sus redes,» al igual que el senador italiano Matteo Salvini y el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, que «son figuras que comprenden el lenguaje, las prácticas y la narrativas de estos canales».

Además de los primeros mandatarios de Estados Unidos y Brasil, Galup afirma que «hay presidentes y políticos que utilizan las redes más con una lógica de comunidad, que es lo que las redes piden» como diputada norteamericana Alexandria Ocasio-Cortez y el ex presidente de Ecuador, Rafael Correa, que «lo hace pero de una forma bastante desprolija». «Son líderes que se plantean una estrategia de redes bastante más cercana a un uso de personas», señala.

El uso del Twitter post triunfo electoral

Siguiendo la tendencia popularizada por Donald Trump, Alberto Fernández dio sus primeros gestos diplomáticos desde su cuenta de Twitter al responder los mensajes de felicitaciones de los mandatarios regionales y mundiales, e incluso de la directora del Fondo Monetario Internacional, Kristalina Georgieva. ¿Cómo influye en su imagen?

«Esos saludos son para el círculo rojo, tiene más que ver con mostrar apoyos o reconocimientos en un mundo que entiende a la inserción global como un valor positivo, con la capacidad de mostrarse como un líder reconocido a escala regional o global», opina Galup. Así, afirma que «no tiene mucho impacto por fuera de ciertos sectores muy informados y usuarios de redes».

En relación a este punto, Barbieri plantea que «a través de cada posteo el presidente electo definió un posicionamiento político que anticipó y comunicó al mismo momento que agradecía por las felicitaciones».

«Alberto fijó postura propias sin perder conexión con la región. No hay aislamiento en sus mensajes, si necesidad de presentarse ante la región con ideas delimitadas. Si estás son eficaces o no, habrá que esperar», cierra Correa.